Actualidad de la Ofrenda de Galicia

La Galicia actual se encuentra el 26 de junio de este año 2022 en la Catedral lucense ante el Señor Sacramentado. Autoridades y pueblo cristiano se dan la mano para continuar y celebrar la fiesta más identificativa del ser de esta tierra.

La Ofrenda al Santísimo Sacramento es el presente del ayer de la tradición. 350 años abonan la renovación del compromiso legado por nuestros antepasados y nos recuerdan la obligación actual de propagar y fomentar este acto y la consiguiente identidad gallega ligada a la eucaristía.

A las 12 de la mañana en eucaristía solemne, obispos gallegos, autoridades de las 7 provincias de Galicia hasta 1837, asociaciones eucarísticas y el pueblo cristiano de Lugo, se postran ante nuestro Altar Mayor para renovar el voto que hizo, en 1669, la Galicia de entonces. Igual que el sol es la fuente natural de toda energía, el Santísimo Sacramento es la fuente sobrenatural de toda gracia y bendición para la Galicia de hoy.

Este domingo de la Octava del Corpus Lucense, es el Corpus de toda Galicia. Y a los creyentes de Lugo, representando a los gallegos, nos toca corresponder y agradecer la predilección de ser la comunidad que tiene como honra y escudo la Hostia y el Cáliz. Responder a la historia y a la fe es contribuir a que siga viva la mejor cultura en Lugo y Galicia. Por eso, todos, estamos obligados a que esta efemérides sea una gran celebración de la ciudad y cuente con la colaboración y apoyo de todas las instituciones locales y así hacer realidad, como declaró un político lucense a propósito de otra fiesta reciente en nuestra ciudad, su “firme compromiso de la difusión y puesta en valor de nuestra cultura, la historia y el patrimonio, tanto material como inmaterial”. También, pues, para este patrimonio fecundo, la Ofrenda al Santísimo Sacramento, reivindicamos apoyo y colaboración.

Porque esta fiesta centenaria de la vida gallega se puede convertir, por desgracia, en algo minoritario y sin apenas relevancia. En algo oficial, frío espiritualmente, alejado del vivir ciudadano, estéril para la fe. “Si desapareciese esta jornada y su procesión, nadie la añoraría” se dolía un comentarista días atrás en este mismo medio. Sin compartir este pesimismo, creo que la advertencia es real. Y la reflexión suscitada muy inquietante. La sociedad actual vive tan alejada de los hechos verdaderamente sustanciales y religiosos, incluso de los más significativos para la propia sociedad, que su único marco de referencia y celebración son los acontecimientos políticos y deportivos actuales y las fiestas promotoras de distracción y beneficios económicos.

La festividad de la Ofrenda y la defensa de su actualidad quizás sea nadar contra corriente. Pero igual que el salmón en su carrera río arriba para dar nuevas vidas, los creyentes, especialmente los lucenses, primeros depositarios de esta tradición, tendremos que superar la apatía de muchos para dar vida, calor y solemnidad a este día.

Salgamos a la calle. Orgullosos celebremos la fiesta eucarística gallega. Mostremos lo que de verdad amamos. Correspondiendo a quien se dedica en exclusiva, desde la presencia eucarística, a amar y bendecir a Lugo y a toda Galicia.

Daniel García García

Párroco de Albeiros y canónigo de la Catedral de Lugo