
La dignidad del hombre
Los sentimientos condicionan los juicios sobre las personas. Los sentimientos afectivos propenden a juicios de comprensión; los sentimientos de aversión propenden a sentencias condenatorias.

«Este es mi hijo, el amado; escuchadlo»
«Este Domingo, el segundo de Cuaresma, se caracteriza por ser el Domingo de la Transfiguración de Cristo. De hecho, durante la Cuaresma, la Liturgia, después de habernos invitado a seguir a Jesús en el desierto, para afrontar y superar con Él las tentaciones, nos propone subir con Él al monte de la oración, para contemplar en su rostro humano la luz gloriosa de Dios. Todos necesitamos luz interior para superar las pruebas de la vida. Esta luz viene de Dios, y nos la da Cristo, en quien habita la plenitud de la divinidad. Subamos con Jesús al monte de la oración y, contemplando su rostro lleno de amor y de verdad, dejémonos colmar interiormente de su luz». (Benedicto XVI. Ángelus 4 de marzo de 2012)

Hoy es miércoles de Ceniza
«Es verdad que a Dios no lo vemos físicamente, pero hay muchas cosas que no vemos y que existen y son esenciales. Por ejemplo, no vemos nuestra inteligencia, y la tenemos. No vemos nuestra alma y, sin embargo, existe y vemos sus efectos, porque podemos hablar, pensar, decidir, etc. No vemos la corriente eléctrica y sin embargo vemos que existe, vemos cómo funcionan las luces, etc. Las cosas más profundas, que sostienen realmente la vida y el mundo, no las vemos, pero podemos ver, sentir sus efectos. Del mismo modo, tampoco vemos con nuestros ojos al Señor resucitado, pero vemos que donde está Jesús los hombres cambian, se hacen mejores. Se crea mayor capacidad de paz, de reconciliación, etc. Las cosas invisibles son las más profundas e importantes. Por eso, vayamos al encuentro de este Señor invisible, pero fuerte, que nos ayuda a vivir bien». (Benedicto XVI, 16 de octubre de 2005)