Mario Vázquez Carballo | El Progreso, 13 de agosto de 2017

A Nosa Señora dos Ollos Grandes de Lugo

agosto 13, 2017 · 8:00 1

A pesar del fenómeno irreversible de la secularización de la cultura contemporánea y de la laicidad de la sociedad, donde los grandes relatos y acontecimientos religiosos parecen haber perdido interés, la importante fiesta litúrgica de la Asunción de María (el próximo día 15 de agosto) sigue moviendo corazones, convocando masas y siendo causa de numerosas fiestas cristianas por toda la geografía española y europea.

Nuestra ciudad de Lugo celebra también con gran solemnidad a su Patrona, Santa María de Lugo, “A Nosa Señora dos Ollos Grandes”. A ella está dedicada nuestra Catedral y su hermosa capilla con la gracia arquitectónica del barroco de Casas y Novoa y con la singularísima imagen de la Virgen de alabastro policromado, anterior al siglo XII.

La capilla, con su dorado y frondoso altar, en donde cientos de fieles participan cada día en la Eucaristía y en donde rezan con honda devoción a la Señora, es un espacio privilegiado de silencio y de contemplación ante la mirada misericordiosa de María. Allí, según una antigua tradición se compuso la oración de la Salve; a Santa María de Lugo dedica Alfonso X el sabio la “cantiga 77” y el obispo Benito Murua, el 15 de agosto de 1904, hizo la coronación canónica de la imagen por concesión pontificia. Estamos pues, ante un conjunto arquitectónico y escultórico, que, el ensayista de Friol, Celestino Fernández de la Vega, describía como “lo más notable del templo actual y algo extraordinario” (Celestino F. de la Vega, Las siete ciudades del Antiguo Reino de Galicia. Breviario histórico y emocional de Lugo, en: Faro de Vigo, número especial conmemorativo del centenario (1853-1953), pg. 40). Ciertamente, nuestra Catedral, centro incuestionable de un culto excepcional y milenario a la Eucaristía, irradió de un modo simultaneo una poderosa fuerza de devoción mariana que puede documentarse desde los primeros tiempos de la Reconquista.

La fiesta de la Asunción es sin duda una de las más importantes del año litúrgico y el prototipo de las primeras fiestas marianas, como ya demostré en un trabajo de investigación dedicado a la Virgen de los Ojos Grandes (Cf. A mirada na devoción popular á Nosa Señora dos Ollos Grandes de Lugo. Unha perspectiva mariolóxica, Lucensia, nº 36 (Vol XVIII), 2008, pgs. 65-82). Esta fiesta, llamada en sus orígenes “el día de la Madre de Dios María”, en el Leccionario Armenio de Jerusalén (s. V), a finales del siglo V se centra sobre el Tránsito de María, que señalando la idea de una muerte singular de la madre del Señor, se representa alrededor de la Asunción. Estamos así, ante una fiesta de gran rango litúrgico, muy antigua y coherente con la importancia objetiva que la solemnidad tiene, que en el caso de Lugo confirma la importancia histórica del culto a Santa María.

El acontecimiento de la Asunción de María no significa, para los cristianos, una lejanía de sus hijos, sino una poderosa cercanía que proyecta luz sobre nuestra existencia y sobre la historia de la humanidad entera. Por eso, pedimos y sentimos su ayuda y consuelo para afrontar las pruebas de cada día con la confianza de que ella desde el cielo nos mira, cuida y protege.

Mario Vázquez Carballo

Deán de la Catedral de Lugo

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Comentarios a esta entrada:

  1. Preciosa… de corazón¡¡¡

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