MIGUEL ÁNGEL ÁLVAREZ PÉREZ | 16 DE FEBRERO DE 2020

«¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo?»

febrero 15, 2020 · 21:00 1

Esta es la pregunta que le hace Nicodemo a Jesús después que este le dijese que «el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios» (Jn 3, 3). Si no conocen el texto, pueden leer toda la conversación entre Nicodemo y Jesús en capítulo 3 del Evangelio de san Juan.

En Europa somos cristianos desde el mismo momento del inicio de la Iglesia. Testimonio de ello es que varios de los apóstoles están enterrados aquí. Sin ir más lejos, nosotros tenemos en el centro de Galicia la tumba de Santiago.

Poseemos, por tanto, una muy larga tradición cristiana a nuestras espaldas. Todo está vinculado a una cultura cristiana de la que no es posible escapar, independientemente de que seamos cristianos o no, practicantes o no.

Somos cristianos viejos. No hay duda. Pero, precisamente por eso, la indicación de Jesús a Nicodemo, la de que tiene que nacer de nuevo, se hace especialmente necesaria en el tiempo actual. Arrastramos un montón de tradiciones, de las que ya desconocemos su sentido original, por lo que es necesario revitalizar, de algún modo, nuestra fe. En definitiva, se trata de nacer de nuevo, aunque seamos ya muy viejos.

Quizás, más influenciados por la dictadura del relativismo de lo que pensamos, estamos acostumbrados a hacer las cosas solo a nuestro modo, incluso aunque no nos tengan sentido, o porque lo hace todo el mundo o porque hay que hacer algo. No sé cuál de las tres es la peor.

A lo mejor algunos piensan que los curas queremos tener las iglesias llenas de cualquier modo o a cualquier precio. Tampoco digo que no haya sacerdotes a los que una iglesia llena hasta los topes el día de una fiesta o de un funeral de alguien «importante» los lleve a creerse que toda esa gente está allí por la elocuencia de sus palabras. Pero la mayoría no pensamos así.

Imagínense que son los dueños de un comercio de ropa. Está claro que un negocio es para ganar dinero, pero no de cualquier modo. Por eso, estoy seguro de que, salvo excepciones, nadie le vendería a un señor de 90 años la prenda de un adolescente. Y aunque se empeñase en comprarla porque tiene dinero y lo gasta como le da la gana, seguro que, por lo menos, intentaríamos disuadirlo, porque con esa prenda iría haciendo el ridículo.

Pues, aunque no lo crean, en la parroquia a veces nos pasan cosas parecidas. Hay personas que solo piensan que es cuestión de pagar y piden cosas de las que no saben su significado o que hoy en día ya no tienen sentido, si es que en algún momento lo tuvieron.

Necesitamos con mucha urgencia, nacer de nuevo y revitalizar nuestra fe. Esto solo se va a producir si buscamos encontrarnos con Jesucristo y formarnos en las cosas de Dios. No se puede creer cualquier cosa ni de cualquier modo.

Como decía la Madre Teresa de Calcuta «no busco tener éxito, sino ser fiel» o como dice el obispo Munilla «nosotros estamos llamados a dar fruto no a tener éxito». Para un sacerdote tener éxito es fácil, e incluso con una buena recompensa económica en muchos casos, solo debe cumplir los caprichos de todos. Pero de los caprichos no esperes frutos ni otras recompensas que merezcan la pena de verdad. Será todo solo una cortina de humo.

Miguel Ángel Álvarez Pérez

Párroco de A Fonsagrada

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