INDALECIO GÓMEZ VARELA | CANÓNIGO DE LA CATEDRAL DE LUGO

Lugo, ciudad eucarística

junio 25, 2023 · 23:23 0

Cuando un hombre de negocios quiere acrecentar sus ingresos, procura mejorar las instalaciones de su empresa, y lo primero que hace es buscar un técnico que le proporcione el proyecto para este fin, por aquello de que en la dinámica humana, la idea precede a la ejecución de la obra, y en función del proyecto concebido, procura los materiales a utilizar para que todo resulte conforme al proyecto elaborado por el arquitecto.

Este comportamiento califica positivamente al empresario, porque su modo de actuar refleja el comportamiento del Señor, que al crear el universo, pensó hacer feliz al hombre, al cual le regaló un mundo paradisíaco, expresión del infinito amor que le movía a tal comportamiento con su amigo de la tierra. Muy rico es el mundo que Dios creó, y muy hermosa la tierra, morada del hombre; el sol que la ilumina; las flores que la perfuman;el blanco pan que nos alimenta… Pero los hombres también tenemos corazón y «no sólo de pan vive el hombre «. Los hombres somos fruto del amor de Dios, y solamente el amor es capaz de satisfacer nuestros corazones amasados en amor; nuestros sentimientos necesitan nutrirse de cariño, y los jardines exhalan perfume, pero no nutren nuestros afectos, y sus flores recrean nuestros sentidos, pero no convierten los sentimientos de gratitud en espíritus adoradores… Esta es la vocación de los lucenses: ser adoradores de Jesús Eucaristía, presente entre nosotros.

Cuando nos acercamos a un organismo oficial para gestionar algún asunto de importancia, el personal de servicio nos pide que nos identifiquemos; que demostremos que somos quienes decimos ser. Algo así nos ocurre a los lucenses: decimos que Lugo es la «Ciudad de las Murallas», y lo hacemos ver mostrando nuestra urbe rodeada de un cinturón pétreo, construido por los romanos, allá por el siglo IV. Decimos también que Lugo es «La Ciudad del Sacramento», porque desde tiempo inmemorial, está expuesto Jesús Sacramentado, en el altar mayor de nuestra Catedral Basílica. Pero, sobre todo, tenemos que poder decir que los lucenses somos cristianos eucarísticos, no documentalmente, sino vivencialmente. Los lucenses demostraremos que somos cristianos eucarísticos, si visitamos con frecuencia al Señor, expuesto día y noche en nuestra Catedral; si potenciamos el culto al Santísimo, inscribiéndonos en alguna de las asociaciones eucarísticas: Adoración Nocturna; Cofradía Sacramental… y, sobretodo, valorando y agradeciendo la singular presencia de Jesús Sacramentado entre nosotros.

En otros tiempos, Jesús hizo bajar del cielo «maná» para saciar el hambre de los israelitas en el desierto.

Jesús multiplicó milagrosamente los panes y los peces para dar de comer a las multitudes que le escuchaban en el monte. Finalmente, en la Última Cena, Jesús mismo se hizo Pan de Vida, para que en los comulgantes abunde la vida sobrenatural.

Mucho amor tiene que haber en el corazón de Jesucristo, para llegar a tanta entrega; y mucho amor se nos pide a los lucenses para corresponder a tal generosidad. Pero sólo así nos identificaremos como cristianos eucarísticos, si adoramos al Señor, presente en nuestros sagrarios, y le buscamos como fuente de gracia y de vida.

Indalecio Gómez Varela

Canónigo de la Catedral de Lugo

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