INDALECIO GÓMEZ VARELA | CANÓNIGO DE LA CATEDRAL DE LUGO

La vivencia de la Eucaristía

junio 22, 2024 · 22:00 X

Hoy quiero invitaros a reflexionar sobre cómo debemos vivir la Eucaristía. No solo cómo participar en ella, sino cómo llevar su esencia a nuestra vida diaria. La Eucaristía es el corazón de nuestra fe, un encuentro con Cristo que nos transforma y nos envía a vivir su amor en el mundo.

Vivir la Eucaristía comienza mucho antes de llegar a la iglesia. Nuestra preparación es esencial. Debemos acercarnos con el corazón limpio y abierto, conscientes de la grandeza del misterio que vamos a celebrar. La confesión frecuente es una excelente manera de prepararnos, permitiéndonos recibir a Cristo con un corazón puro.

Durante la Misa, nuestra participación debe ser activa y consciente. No somos meros espectadores; somos parte del Cuerpo de Cristo. Al unirnos en las oraciones, cantos y respuestas, estamos participando en la obra redentora de Cristo. Escuchar atentamente la Palabra de Dios y meditar en su significado es fundamental. El momento de la Consagración es el más sagrado; debemos vivirlo con devoción profunda, conscientes de que en nuestras manos y corazones estamos recibiendo al mismo Jesús.

La Eucaristía nos une como comunidad de creyentes. Al recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo, nos convertimos en un solo cuerpo. Esto implica una responsabilidad: vivir en amor y unidad con nuestros hermanos y hermanas. Debemos ser promotores de la paz y la reconciliación, perdonando y buscando la armonía en nuestras relaciones.

La Eucaristía no termina con la bendición final. Nos envía a vivir el Evangelio en nuestra vida diaria. Cada vez que recibimos a Cristo, somos llamados a ser sus testigos, a llevar su amor y su paz a nuestros hogares, lugares de trabajo y comunidades. Debemos ser luz en medio de las tinieblas, mostrando con nuestras acciones el amor que hemos recibido.

Vivir la Eucaristía es un llamado a la santidad, a la transformación personal y a la misión. Nos invita a vivir en comunión con Cristo y con nuestros hermanos, llevando su amor al mundo. Que al participar en la Eucaristía, nos comprometamos a vivir plenamente su mensaje, siendo instrumentos de su paz y amor en cada rincón de nuestras vidas.

Indalecio Gómez Varela

Canónigo de la Catedral de Lugo