DANIEL GARCÍA GARCÍA | PÁRROCO DE ALBEIROS

Vergüenza del Parlamento Europeo

junio 11, 2022 · 17:00 X

El 18 de mayo de este año el Parlamento Europeo se negó a condenar el brutal asesinato de la nigeriana Deborah Yakubu, una joven estudiante cristiana que fue lapidada y luego quemada por sus compañeros musulmanes, tras haber sido acusada de blasfemia. Ella sólo había manifestado por el wasap de clase, que se escribían muchos contenidos musulmanes en él.

Al hilo de este acontecimiento, el diputado francés Jean-Paul Garraud pidió al Parlamento Europeo la creación de la figura de un Coordinador en contra de la cristianofobia, igual que ya existe para el antisemitismo y la islamofobia. Y se solicitaba la condena explícita del asesinato de la joven Deborah. La propuesta fue rechazada por 244 votos en contra, 231 a favor y 19 abstenciones

El Parlamento Europeo no ha querido defender la libertad religiosa de los cristianos, ni condenar el asesinato de personas inocentes, ni siquiera por el hecho de que, en este caso, la víctima sea una mujer, considerando la especial sensibilidad feminista de los políticos europeos.

ONGs como Amnistía Internacional, Puertas Abiertas, Alliance for Defending Freedom Internacional o Ayuda a la Iglesia Necesitada vienen denunciando, año tras año, la injusta persecución y muerte de cristianos en continentes como África, Asia y, actualmente, y creciendo, en Europa.

Es verdad que no es la única comunidad religiosa perseguida en el mundo y que son muchas las minorías que sufren cada día. Pero es un hecho innegable que los cristianos están siendo objeto de un creciente acoso y hostigamiento que muchas veces acaba en tragedia. Según Amnistía Internacional, uno de cada nueve ciudadanos del mundo que profesa la fe cristiana es perseguido por este motivo a un nivel alto, muy alto o extremo.

Legislaciones vigentes en numerosos países son radicalmente incompatibles con la Declaración y los Pactos de Derechos Humanos de Naciones Unidas. A pesar de ello, este organismo nunca ha puesto sobre la mesa estas legislaciones absolutamente represivas y contrarias a los más elementales principios humanos.

Vergüenza, vergüenza”, gritaron algunos diputados europeos en la citada sesión al conocerse el resultado de la votación. El eurodiputado Garraud había anunciado: “Hacer todo lo posible para evitar tragedias es una necesidad absoluta, no hacer nada sería, por el contrario, culpable”. Y culpable resulta el Parlamento Europeo o el silencio cómplice de muchos medios de comunicación, pero también hay una parte de responsabilidad de los propios cristianos de todo el mundo, porque lo que sucede significa que, en buena medida, nuestra capacidad de mover a la opinión pública es muy limitada.

Nos domina lo políticamente correcto. La comodidad o el miedo a ser estigmatizados. Hay demasiados cristianos, católicos, tan ocupados en observar el ombligo de sus preocupaciones que resultan absolutamente indiferentes a lo que les pasa a sus hermanos de fe en el mundo. Peor todavía, somos capaces de apuntarnos a todo tipos de campañas, denuncias de injusticias, ecología, pobrezas… pero, cuando se trata de testigos cristianos que se ven perseguidos por seguir a Jesucristo, a muchos casi no nos mueve ninguna atención.

No hacer nada ha supuesto que el Día de Pentecostés, de nuevo, 50 cristianos fueran asesinados en Nigeria.

Ante la indiferencia política y social, hasta que nos llegue la persecución a casa, es necesario reparar y denunciar este estado de cosas. Es ineludible que todos seamos capaces de conseguir que ser cristiano no sea motivo de persecución, encarcelamiento o muerte en pleno siglo XXI.

Daniel García García

Párroco de Albeiros