«Cristo es el verdadero ‘tesoro’ por el que vale la pena sacrificarlo todo; Él es el amigo que nunca nos abandona, porque conoce las expectativas más íntimas de nuestro corazón». (Benedicto XVI, Ángelus 24 de agosto de 2008)

Vivir la fe entre nieve, hielo y coronavirus

Si echamos la mirada atrás este curso no está siendo ningún «chollo». Si no es una cosa es la otra la que nos impide celebrar el domingo con normalidad. Además, ahora, en estos últimos días se nos juntó todo, la nieve y el hielo con las restricciones necesarias para intentar contener los contagios de covid, de los que volvemos a tener algunos casos en el pueblo. El año pasado casi no tuvimos nevadas importantes, pero en este curso ya van dos en menos de un mes y bastante grandes.

Todo esto afecta al ánimo de jóvenes y adultos, a las misas dominicales y a la catequesis. Por poner un ejemplo, cuando salimos de la misa diaria son las siete y media de la tarde y todos estos días de hielo la calle estaba ya muy peligrosa a esa hora y hacía un frío que «pela». De hecho, no hace muchos días se cayó una señora en la calle al salir de misa a pocos metros de la iglesia. Gracias a Dios no le pasó nada, pero un buen golpe y un buen susto nadie se lo quitó.

Quizás, si siguen así las cosas, sería conveniente repensar el horario de la misa en los días de diario y tenerla también por la mañana y evitar las horas tan crudas y tan solitarias de la tarde-noche. Voy a esperar unos días para ver que cómo evoluciona todo, pero la posibilidad está encima de la mesa.

Pero las circunstancias, siendo importantes, no podemos convertirlas en esenciales y hacer depender de ellas la celebración de la fe. Ahora es tiempo de mayor silencio y recogimiento a la hora de tratar con Dios. La pandemia y el frío no nos impiden orar, leer el evangelio o un libro de espiritualidad, rezar la liturgia de la horas o participar en la eucaristía ya sea presencial o virtualmente.

Son tiempos difíciles de los que que debieran salir personas fuertes con una fe robusta y renovada. Si no es así, sí que habría vencido el coronavirus. Son tiempos también con muchas oportunidades para trabajar nuestro espíritu según el modelo de Jesucristo. Para esto no hay restricciones ni frío que lo impidan.

Nuevo canal de Telegram: Falando Baixiño II

Os lo anunciaba el otro día, hay personas que reclaman más cosas que el Falando Baixiño de los miércoles. Por eso pensé en un canal de Telegram para compartir cosas que me parezcan interesantes para la vida cristiana. Normalmente van a ser materiales que yo veo por internet y que me ayudan. Quizás también alguna vez materiales generados por mí y que no difundía en el envío de los miércoles.

Decidí hacerlo así y no en el grupo que ya tenemos de WhatsApp para que todo el mundo se sienta cómodo ante la avalancha de mensajes que nos llegan continuamente. Así, los que quieran recibir solo un mensaje a la semana lo pueden seguir haciendo con normalidad, y los que quieran que les envíe más cosas también tiene su oportunidad. No obstante no voy a molestar mucho ni a saturar el canal.

Decidí hacerlo en Telegram para tener más diversificadas las tecnologías y no quedarnos sin alternativa en caso de censura o de otras cosas, que todo puede pasar en este tiempo. Para los que no lo tienen, Telegram es una aplicación similar a WhatsApp, también gratuita y que está en auge en los últimos días debido a la censura que están aplicando las grandes tecnológicas como Facebook-WhatsApp, YouTube o Twitter, también a algunos sacerdotes.

Podéis uniros a este nuevo canal en el siguiente enlace.