«La enfermedad puede ser un momento que restaura. Sin embargo, esta será siempre una prueba que puede llegar a ser larga y difícil. Cuando la curación no llega y el sufrimiento se alarga, podemos permanecer abrumados, aislados, y entonces nuestra vida se deprime y se deshumaniza. ¿Cómo debemos reaccionar ante este ataque del mal? Por supuesto que la medicina en las últimas décadas ha dado grandes pasos y estamos agradecidos. Pero la Palabra de Dios nos enseña que hay una actitud determinante y de fondo para hacer frente a la enfermedad, y es la fe en Dios, en su Bondad». (Benedicto XVI, 5 de febrero de 2012)
¿En dónde se fundamenta el mundo?
No es la primera vez que tengo la sensación que les voy a comentar. Pero es verdad que durante la crisis del coronavirus esta sensación la tengo presente de forma permanente: parece que todo está construido sobre una realidad meramente virtual y en cuanto falla un elemento, todo se desvanece; y en dónde creíamos tener algo no hay nada.
A veces, también digo que el dinero es un número escrito en un papel (o en disco duro de un banco), de forma que en realidad no tienes nada, solo un número en un papel que puede perder su valor convencional en cualquier momento.
La enfermedad es la enfermedad. No depende de nosotros. Pero quizás la organización del mundo, sí. Este sistema parece que no está preparado para cierto tipo de imprevistos que nos dejan en la más absoluta vulnerabilidad, como estamos viendo estos días.
Quizás lo que creíamos «sólido» era más bien «gaseoso», sin darnos cuenta de que un simple pinchazo podría hacer que todo se esfumase y desapareciese.
Si salimos de esta, tendremos que molestarnos en excavar en nuestra vida y en nuestra sociedad en busca de un fundamento auténticamente sólido. Necesitamos unas bases sólidas para todas las dimensiones de una existencia personal y comunitaria: vida espiritual, conciencia, economía, laboral, familia, etc.
Tenemos también el ofrecimiento de Jesucristo que, en una de sus parábolas, nos habla, precisamente, de construir sobre roca:
«El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se derrumbó. Y su ruina fue grande». Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como sus escribas». (Mt 7, 24-29)
Coronavirus y Falando Baixiño
Cuando llevábamos una semana de confinamiento por el estado alarma, comenté con dos personas que me encontré en la cola de farmacia que en mi círculo de familia, vecinos o amigos no conocía a nadie que estuviera infectado por el coronavirus. Mis interlocutoras ya no podían decir lo mismo, pues ya tenían casos entre sus conocidos que viven fuera de Fonsagrada.
Una semana después ya no puedo decir lo mismo. Al menos ya hay un caso entre los miembros de esta familia del Falando Baixiño. Lleva una semana ingresada. También casos de familiares de algunos que pertenecéis a esta parroquia virtual.
Desde aquí rezamos por todos: conocidos y desconocidos. Tampoco nos olvidamos de los sanitarios y de todos los trabajadores de los hospitales y centro de salud. También por los trabajadores de los supermercados, agricultores, ganaderos… que están al «pie del cañón» para que no nos falte de nada.
«La misa del Facebook»
Hay opiniones de toda clase. Lo están haciendo muchos compañeros. Otros, incluido algún obispo, lo critican.
Ya sé que hay muchas y buenas opciones para celebrar la misa siguiendo los medios de comunicación. Pero, también es verdad que a todos nos gusta celebrar la fe con «los nuestros» (reales y virtuales) y «con nuestro cura», y ya que los medios actuales nos lo permiten ¿por qué no lo vamos a hacer? Más aún cuando la situación es tan especial y nos afecta a todos sin distinción.
A diario están siguiendo la misa en mi muro de Facebook unas 65 personas, de las cuales veo que un buen número están todos los días desde que comenzó este tiempo de confinamiento. Después, los videos, que quedan grabados, alcanzan una media de 350 visualizaciones cada uno. Son unos números verdaderamente sorprendentes.
Quise cambiar el canal de emisión para YouTube por ser más universal, ya que no todo el mundo tiene Facebook, pero técnicamente no fue posible ya que se producían muchos fallos. En cualquier caso, también intento subir el vídeo posteriormente a YouTube para que la podáis ver en diferido si alguno tiene interés.
[Canal de YouTube de Miguel Ángel Álvarez Pérez]
Domingo de Ramos y Semana Santa
A estas alturas ya se da por descontado que las celebraciones no van a ser como otros años. Así que tendremos que echar mano de los medios de comunicación para participar en los Santos Oficios de la celebración anual de la Pascua de Jesucristo.
Por mi parte, intentaré transmitirlos en el muro de Facebook. Por supuesto que habrá que adaptar las liturgias a esta circunstancia tan peculiar.
Los horarios ya podemos fijarlos ahora, aunque sea de modo provisional:
-Domingo de Ramos: 12:00 h.
-Jueves Santo: 19:00 h.
-Viernes Santo: 19:00 h.
-Vigilia Pascual: sábado a las 20:00 h.
-Domingo de Pascua: 12:00 h.
Además, también intentaré transmitir:
-Viernes Santo: Viacrucis a las 12:00 h.
-Sábado Santo: Rosario a las 11:00 h.
En 13TV y en La 2 supongo que nos ofrecerán unas celebraciones más dignas y de más calidad técnica. También podemos buscar canales de YouTube en los que nos ofrecerán transmisiones de los Santos Oficios, como por ejemplo la del Vaticano.
De vosotros, en esta ocasión absolutamente excepcional, solo depende la actitud que tengáis ante la pantalla: podemos estar como cuando estamos en la iglesia o podemos estar como cuando estamos pasando el tiempo viendo cualquier cosa de entretenimiento en internet. Creo que me entendéis lo que quiero decir.
Vídeos de interés
Algunos ya a lo mejor lo visteis en directo. Son los vídeos con la consagración al Inmaculado Corazón de María en Fátima de España y Portugal y la Bendición «Urbi et Orbi» del papa Francisco pidiendo por las víctimas de la pandemia del coronavirus.
[Consagración al Inmaculado Corazón de María en Fátima de España y Portugal]
[Bendición URBI ET ORBI del Papa Francisco]
Oración a la Virgen María ante la situación provocada por el Coronavirus
Esta oración es la que nos recomendó rezar nuestro obispo en la carta que dirigió a todos los diocesanos con motivo de la crisis sanitaria. Hoy la rezamos especialmente por todos los enfermos, por los que los cuidan en los hospitales y en las casas y por todos los que estos días tienen que trabajar para que no nos falten los servicios básicos. También por los que están angustiados por esta situación.
Madre del Cielo, tú brillas
como signo de consuelo y de firme esperanza.
En tus manos ponemos nuestra vida
confiando en tu materna protección.
Contigo y en nombre de Jesús, el Hijo de Dios,
elevamos nuestra humilde oración al Padre
y pedimos por los enfermos,
por los que están solos
y por todos los que en estos días
entregan su vida a favor de todos.
María, Salud de los enfermos,
vuelve hacia nosotros tus ojos misericordiosos,
atiende nuestras súplicas y protégenos de todo mal.
Amén.