No perder la confianza

«En estos días, en que nuestra vida acostumbrada cambia como consecuencia de esta crisis sanitaria (las actividades se detienen, afectando incluso al trabajo cotidiano, se despierta la conciencia de nuestra propia fragilidad por la cercanía de la enfermedad a todos, etc.), las exigencias fundamentales del corazón, nuestras responsabilidades para con nuestros seres queridos, el prójimo y toda la sociedad siguen siendo las mismas. Todos seguimos siendo hijos de Dios, a cuya Providencia paterna podemos confiarnos, ciertos de su amor misericordioso. Toda nuestra fe en el Señor Jesús sigue siendo verdadera y fuente de esperanza» (Alfonso Carrasco, obispo de Lugo)

No perder la confianza

No quiero insistir en lo que ya sabemos todos de sobra. Los medios de comunicación y las redes sociales nos tienen abundantemente informados.

A la mayoría de nosotros los que se nos pide, además de estar en casa y obedecer las demás indicaciones, es mantener la confianza en los técnicos que están gestionando esta crisis, al mismo tiempo que nos ponemos en las manos de Dios, nuestro Padre, al que le pedimos que nos ayude a salir de esta crisis, especialmente a los infectados, y que conceda en descanso eternos a los fallecidos.

Estos días me acuerdo mucho del siguiente pasaje evangélico:

«Cuando volvieron a donde estaba la gente, se acercó a Jesús un hombre que, de rodillas, le dijo: «Señor, ten compasión de mi hijo que es lunático y sufre mucho: muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus discípulos y no han sido capaces de curarlo». Jesús tomó la palabra y dijo: «¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros, hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo». Jesús increpó al demonio y salió; en aquel momento se curó el niño. Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: «¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?». Les contestó: «Por vuestra poca fe. En verdad os digo que, si tuvierais fe como un grano de mostaza, le diríais a aquel monte: “Trasládate desde ahí hasta aquí”, y se trasladaría. Nada os sería imposible». [“Esta clase (de demonios) solo se expulsa con la oración y el ayuno”]» (Mt 17, 14-21)

El ayuno ya lo tenemos de algún modo en la necesaria cuarentena con confinamiento domiciliario. A lo mejor solo nos falta la oración. Las dos cosas son necesarias.

La agenda parroquial está anulada.

De momento están suprimidas todas las actividades programadas en la agenda parroquial. Ya borré algunas, pero en cualquier caso esta agenda no tiene ninguna vigencia ahora mismo.

Trasmisión de la Misa por las redes sociales

El domingo pasado hice la primera trasmisión de la misa por las redes sociales. Fue una cosa muy casera, técnicamente hablando, y con una mala calidad de imagen y sonido, pero que resultó muy positiva dentro de esta situación tan peculiar. El domingo estuvieron conectadas todo el tiempo que duró la celebración 52 personas, llegando a picos de 63. El lunes la siguieron unas 40 personas.

Hicieron lo mismo algunos compañeros en otros lugares de la Diócesis. La experiencia fue novedosa, por lo que incluso el diario provincial El Progreso la recogió en uno de sus reportajes sobre la crisis del Coronavirus que podéis leer en el siguiente enlace:

[A misa por Facebook: varios párrocos da provincia ofician dende as redes]

Como dijo Jorge Guadalix, que también trasmitió la misa por Facebook, «Es verdad que en radio y televisión hay misas, pero no es menos cierto que los fieles agradecen ver a su cura, aunque sea a distancia, y servidor tiene sus feligreses en sus pueblos y muchísimos en torno a nuestra virtual y tan real a la vez parroquia de San José de la Sierra»

De lo que se trata es de mantenernos unidos como parroquianos, reales y virtuales, en la oración en este momento tan difícil, pero en el que necesitamos mantener la confianza en Dios por encima de todo.

Por eso, en principio, todos los días a las siete de la tarde celebraré la misa y será trasmitida por Facebook y YouTube, siempre que la técnica no falle. Los domingos será a las doce. Así mantenemos los horarios habituales.

Carta de nuestro obispo: Nuestra fe en el Señor Jesús es verdadera

Con motivo de esta crisis sanitaria nuestro obispo escribió una carta a todos los diocesanos. Podéis leerla en el siguiente enlace:

[Carta de nuestro obispo: Nuestra fe en el Señor Jesús es verdadera]

Día del Seminario: Pastores misioneros

Esta semana también se celebraba el Día del Seminario, pero las circunstancias obligan a trasladarlo al 3 de mayo.

Tenía preparada una pequeña reflexión sobre el lema de este año y unas informaciones sobre nuestro Seminario, pero quedan para más adelante.

Oración a la Virgen María ante la situación provocada por el Coronavirus

Esta oración es la que nos recomendó rezar nuestro obispo en la carta que dirigió a todos los diocesanos con motivo de la crisis sanitaria. Hoy la rezamos especialmente por todos los enfermos, por los que los cuidan en los hospitales y en las casas y por todos los que estos días tienen que trabajar para que no nos falten los servicios básicos.

Madre del Cielo, tú brillas

como signo de consuelo y de firme esperanza.

En tus manos ponemos nuestra vida

confiando en tu materna protección.

Contigo y en nombre de Jesús, el Hijo de Dios,

elevamos nuestra humilde oración al Padre

y pedimos por los enfermos,

por los que están solos

y por todos los que en estos días

entregan su vida a favor de todos.

María, Salud de los enfermos,

vuelve hacia nosotros tus ojos misericordiosos,

atiende nuestras súplicas y protégenos de todo mal.

Amén.