La conciencia de la vida plena en la que Jesús Salvador nos introduce empuja a los cristianos a la misión, para anunciar a todos los hombres el gozo y la luz del Evangelio. En este esfuerzo también estarán listos para establecer un diálogo sincero y constructivo con creyentes de otras religiones, en la confianza de que Dios puede conducir a la salvación en Cristo a «todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia» [PD 15]
«Mi niña está en las últimas; ven, impón las manos sobre ella para que se cure y viva»
Ya llegó el verano. Después de un invierno difícil en todos los sentidos, por fin llegó el verano, al menos la estación que conocemos con este nombre. Otra cosa será que el tiempo venga a gusto de todos y que nuestros políticos nos den una tregua, aunque solo sea para que descansemos un poco la cabeza.
Todos ponemos muchas esperanzas en el verano, para el que tenemos muchos planes, aunque ya sabemos que no todos los podremos realizar. Lo sabemos bien: el hombre propone y Dios dispone, unas veces con sorpresas buenas y otras malas.
Digo esto a raíz de las palabras del evangelio del próximo domingo con las que titulé hoy el Falando Baixiño.
¡Cuántas personas tendrán en sus mentes el mismo pensamiento que aquel jefe de la sinagoga que acudió a Jesús desesperado por la enfermedad de su hija!
¡Cuántas situaciones dolorosas se producen cada día y de todo tipo en cualquier lugar del mundo! ¡Cuántos gritos desesperados dirigidos a Dios!: enfermedades, dependencias, rupturas, exilios, pobreza, hambre, injusticias, violencia, robos, atentados… también en verano.
Dejando a un lado los buenos propósitos para el verano, necesitamos volver a poner los pies en el suelo y con esperanza firme no dejar de acudir a Jesucristo, que en medio de nuestros lloros y alborotos siempre tiene una palabra para calmar nuestra alma: “Talitha qumi” (contigo hablo, niña, levántate).
Dios no coge vacaciones ni tampoco es un perro que dejar un refugio para cuando volvamos. Para una vida auténtica necesitamos estar cerca del Autor de la Vida, y para unas vacaciones auténticas necesitamos llevar con nosotros al único capaz de poner paz infinita en nuestro espíritu («Venid a mí los que estáis cansados y agobiado»)
Verano y fiestas
Las fiestas de los santos y la Virgen María se celebran durante todo el año, con más o menos solemnidad, pero celebración al fin y al cabo. Sin embargo, ahora en el verano, todo es distinto, a ello ayudan el buen tiempo y los días grandes. Es verdad que todas esas cosas condicionan nuestro ánimo y también la forma de vivir la fe, pero eso no quiere decir que los santos que tienen su día en los meses de julio, agosto y septiembre, sean distintos a los que celebran su fiesta en los otros meses del año. En actitud distinta estamos nosotros, pero no los santos.
En cualquier caso, las personas debemos aprovechar cuando las circunstancias son favorables. Esto sirve también para las cosas de Dios y para las celebraciones litúrgicas. Después, como existe la comunión de los santos, ya se encargarán “allá arriba” de distribuir todo entre todos de la mejor posible.
Ahí está el verano, no solo para las fiestas, sino también para el descanso, la familia, la lectura y para Dios.
Confirmaciones
Recordad la fecha de la confirmaciones. Serán el viernes, 6 de julio a las 8 de la tarde. Serán tres los que se confirmen: dos jovencitos y otro que ya no lo es tanto, pero nunca es tarde para recibir un sacramento.
No se trata de una celebración privada. Es una celebración de la parroquia, por lo tanto de todos. Además también es una ocasión para estar con nuestro Obispo y celebrar la eucaristía con él.
Más cosas
Hoy y durante toda esta semana nos podemos acordar en nuestras oraciones de las personas de nuestra parroquias y nuestra diócesis que están de peregrinación en Lourdes. También muchos lectores de Falando Baixiño se encuentran allí estos días. Reconozco que me producen mucha envidia, pero es de la sana.
Este sábado celebramos una boda. La primera de las dos que habrá este verano. No os olvidéis en vuestras oraciones de este nuevo matrimonio, que hoy en día ya es casi como un tesoro. Esto no es la parroquia de san Froilán. Aquí no tengo que dedicar mucho tiempo al trabajo en la “BBC”, como hacía en Lugo durante los meses de verano, ya me entienden…
Para terminar os dejo unos enlaces para que veáis una cosa interesante de nuestro pueblo. Una pista la tenéis en la foto de portada de esta semana.
[Solsticio de verano en Fonsagrada]
[Fonte Sacra, algunas reflexiones]
Nada más por hoy. Buena semana. Miguel.
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