También los cristianos pueden formar parte de redes de violencia verbal a través de internet y de los diversos foros o espacios de intercambio digital. Aun en medios católicos se pueden perder los límites, se suelen naturalizar la difamación y la calumnia, y parece quedar fuera toda ética y respeto por la fama ajena. Así se produce un peligroso dualismo, porque en estas redes se dicen cosas que no serían tolerables en la vida pública, y se busca compensar las propias insatisfacciones descargando con furia los deseos de venganza. Es llamativo que a veces, pretendiendo defender otros mandamientos, se pasa por alto completamente el octavo: «No levantar falso testimonio ni mentir», y se destroza la imagen ajena sin piedad. Allí se manifiesta con descontrol que la lengua «es un mundo de maldad» y «encendida por el mismo infierno, hace arder todo el ciclo de la vida» (St 3,6) [Papa Francisco. Gaudete et Exultate 115]
Corderos a los que cuida el pastor
La imagen más tierna de Jesucristo es la de “el buen pastor”. No solo por lo que supone de grandeza para el pastor, que es Dios mismo, también por lo que evoca la imagen, que nos recuerda que las personas debiéramos parecernos más a los inocentes y entrañables corderitos que a los fieros lobos.
El próximo domingo, IV de Pascua, es el día del Buen Pastor. En el Evangelio escucharemos a Jesucristo diciendo que él es el buen pastor para, a continuación, decirnos el modo como cuida de nosotros y las diferencias con los pastores asalariados a los cuales no les importan las ovejas. Si nos asomamos a algunas de las ventanas del mundo (debates y noticias en TV, parlamentos, redes sociales, conversaciones de pasillo o de barra del bar) da la sensación que de que hay muchos más lobos que ovejas. Últimamente los juicios que hacemos las personas no son, precisamente, de misericordia hacia el prójimo. Hay mucha gente a la que es imposible oírle una palabra que no sea de crítica.
«Cuando no estamos en paz con nosotros mismos, inevitablemente vivimos en guerra con todos los que nos rodean. Y el primer signo de ello suele ser el juicio duro y desesperanzado hacia los demás. Sin embargo, la Pascua de Cristo nos posibilita formular un “juicio resucitado” hacia el prójimo. Detrás del “setenta veces siete” del evangelio, no se esconde meramente un precepto moral, sino el don de una esperanza resucitada. Si San Ignacio de Loyola nos propone “salvar la proposición del prójimo”, es porque la mirada y el juicio resucitados son capaces de descubrir en el prójimo los dones que permanecen ocultos para quien no tiene esperanza… La dureza de juicio es indicio de una vida mortecina, mientras que el juicio de misericordia lo es de una vida resucitada» (Munilla).
Celebrar al Buen Pastor no es solo mirar para Jesucristo y alabar su bondad y misericordia. Es también mirarnos a nosotros mismos y cómo están nuestros niveles de bondad, paciencia, humildad, o si, en su lugar, tenemos odio, crítica, maldad, desasosiego etc.
Estemos como estemos, siempre podremos contar con la ayuda de Jesucristo, Buen Pastor. Basta con ponerse en silencio ante él 10 minutos para empezar a experimentar una paz y una alegría interior que no tiene precio. Haz la prueba: vete a un iglesia fuera de las horas de misa, libérate de prejuicios y leyendas urbanas, localiza el sagrario, siéntate solo en un banco en silencio y espera un poco. A los 3 minutos empezarás a sentir cómo Dios te habla dentro de ti. Al minuto siguiente notarás una paz como nunca. El Buen Pastor te ha cogido en brazos. Ya está. No se necesita nada más.
Jornada Mundial de oración por las vocaciones
El día del Buen Pastor también se celebra la Jornada Mundial de las Vocaciones y la Jornada las Vocaciones Nativas.
Es un día para hacer de un modo especial lo que ya debiéramos hacer todos los días: rezar por las vocaciones.
La situación es preocupante por dos motivos, ya lo comenté más veces. Por una parte está la escasez de vocaciones. En nuestra diócesis estamos bajo mínimos. Por otra parte, no se entiende que a los sacerdotes cada vez se nos exija cada vez más (muchas veces por lo que menos vienen) y, sin embargo, nadie quiera ser cura. Evidentemente algo está fallando. También lo dije más veces: no soy un organizador de eventos sociales. Por favor, no me llamen para eso.
Me remito a mis palabras anteriores: hagamos un ejercicio de sinceridad con nosotros mismos poniéndonos ante Dios y llamando a las cosas por su nombre. Después, digámosle al Señor que envíe obreros a su mies.
Gaudete et exsultate
La cita que puse la semana pasada era de la nueva exhortación apostólica del Papa Francisco, titulada Gaudete et exultate. Eran las primeras líneas de este documento. De momento poco os puedo contar de él porque aún no lo leí, aunque en internet ya está disponible desde el mismo momento de la presentación, lo mismo que algunos comentarios que pueden ser interesantes, como el Mons. Munilla en su programa de Radio María del viernes pasado, en el que comenta el capítulo tercero.
Esta exhortación apostólica es una llamada a la santidad en el mundo actual. No es un documento extenso, solo 42 páginas, de estilo directo y claro, por lo que podremos leerlo con especial facilidad. En el siguiente enlace podéis verlo. Quizás alguien se anime a hacernos un resumen para compartirlo con los demás. Ahí queda la sugerencia.
También me llegaron 4 archivos de audio con todo el contenido de la exhortación para poder escucharla en vez de leerla. Lo preparó un sacerdote de Zumárraga-San Sebastián. Si alguien quiere los audios que me lo diga y se los paso.
[Munilla-Sexto Continente-Gaudete e exultate]
“Hemos creído en el amor”
A modo de tema de formación, hoy os sugiero esta conferencia de Mons. Ladaria, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Así también variamos algo para que no me digáis que siempre pongo de Munilla.
Luis Francisco Ladaria Ferrer es un jesuita español y es uno de los grandes teólogos del momento actual.
Hace unos días, buscado una cosa en Ivoox me encontré, casi de casualidad, con esta conferencia de Ladaria, que me pareció muy interesante. Si la escucháis veréis que la teología es muy razonable y asequible a todos. Ya me diréis.
En esta conferencia habla del primer capítulo de la encíclica Lumen Fídei de Papa Francisco.
[Conferencia de Ladaria | “Hemos creído en el amor”]
Oraciones por los enfermos de la familia de Falando Baixiño
Una vez más os llamo a la oración por algunos miembros de esta familia que andan luchando contra el enfermedad. Aunque no veamos los efectos de la oración de un modo tangible o inmediato, tenemos que confiar en que Dios sí escucha nuestras oraciones. Además, la oración es la forma de estar cerca, de un modo gratuito y desinteresado, de las personas que nos importan, aunque no las conozcamos. No es necesario que nos vean para que nos deban obligación. Lo nuestro es solo rezar y que ellos sepan que intentamos estar cerca de ellos cuando nos ponemos delante de Dios en oración. Desde aquí, mucho ánimo y adelante.
Del tiempo y de cómo están llegando lo peregrinos ya no digo nada porque ya os lo imagináis.
Buena semana a todos.
Miguel Ángel
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