MIGUEL ÁNGEL ÁLVAREZ PÉREZ

El efecto ser humano

febrero 10, 2024 · 12:09 X

Este domingo terminamos la campaña contra el hambre de la Manos Unidas, organización de la Iglesia Católica en España para luchar con el hambre en los países del Tercer Mundo.

Durante esta semana tuvimos con nosotros a la misionera María José López Cabezón, que nos contó su experiencia en medio de los más desfavorecidos del mundo, así como la importancia de la ayuda de Manos Unidas para financiar los proyectos que promueven el desarrollo y la dignidad de las personas de estos países.

El lema de este año es, como siempre, muy sugerente: “El efecto ser humano”. Se nos recuerda que el ser humano es la única especie capaz de cambiar el planeta.

Ciertamente es así. Todas nuestras capacidades las podemos usar para bien y mal, sabemos construir y también podemos destruir. Basta recordar todos los problemas medioambientales y de destrucción de la naturaleza. Pero no podemos olvidar, que en la mayoría de los casos, la pobreza no es provocada por el tan pregonado cambio climático, sino por las injusticias, la mala administración de los gobernantes, la avaricia de los hombres y las luchas por tener el mayor poder posible.

El objetivo de Manos Unidas está claro y así lo lleva haciendo durante casi sesenta y cinco años. Todos somos conscientes de que las ayudas económicas son importantes, por eso pedimos que en este domingo os acordéis de dar un donativo para esta causa en las colectas de las misas.

Pero esto no basta. Hay cosas que no se arreglan con dinero: las injusticias, los abusos, la avaricia, en ansia de poder, la corrupción política etc. Por esto, la propuesta de Manos Unidas parte del mismo Jesucristo, que es el único que de verdad puede cambiar el mundo, porque es el único que puede cambiar nuestro corazón, una vez que nos encontremos con él.

Para concretar un poco más esto que les acabo de decir le propongo pensar un momento en los Diez Mandamientos, a los que Jesucristo les vino a dar plenitud. Si todo el mundo fuera consciente de la importancia de estas diez sencillas normas, surgidas del encuentro de Dios con el pueblo de Israel en la pobreza del desierto, la vida de las personas sería muy distinta.

Pero todavía hay una razón más. Los cristianos no hacemos caridad por una cuestión solo humanitaria. Nosotros tenemos un motivo más, que es la esperanza de formar parte un día del Reino de los Cielos, en el que ya no hay ningún tipo de injusticia, imperfección, sufrimiento o pobreza. Los cristianos queremos que ese mundo nuevo que esperamos se haga realidad ya, desde ahora, en este mundo en la medida que sea posible.

Manos Unidas nos invita a transformar el mundo al estilo de Jesucristo y como adelanto de la plenitud del Cielo que todos esperamos. Pero antes de transformar el mundo tenemos que transformarnos cada uno de nosotros y convertirnos a Cristo. No vamos a cambiar el mundo si antes no cambiamos nosotros.

Miguel Ángel Álvarez Pérez

Consiliario de Manos Unidas Lugo