DANIEL GARCÍA GARCÍA | PÁRROCO DE ALBEIROS

Resucitados

abril 10, 2023 · 22:03 1

Fue algo inimaginable. Sin precedentes. Algo único. Transformó la historia. Cambió el destino de la humanidad. Él era maestro. Líder. Era carpintero. Pero hizo lo que ningún carpintero, maestro o líder ha hecho. Vivió y murió. Pero hubo una diferencia. Él se levantó de entre los muertos. Volvió a vivir. Vive. Y porque Él vive usted y yo, él, ella y ellos. Nosotros, todos, volveremos a vivir.

Gracias a Él la muerte no tiene el aguijón último. El sepulcro no tiene su victoria. Por Él podemos empezar de nuevo. Gracias a Él el dolor se convierte en alivio. La desilusión en esperanza. Gracias a Él, tenemos un comienzo nuevo. No tememos el final. La temporalidad ha sido vencida.

Jesucristo, Él es la Resurrección y la Vida. Cristo es la luz que no se apaga. La vida que no muere. La dicha que no termina. Nos alegramos con Cristo y nos contagiamos de su Resurrección. Se nos desvela una noticia llena de esperanza: la muerte no termina en la nada, en el vacío total y en el silencio definitivo. En la humanidad se ha sembrado la semilla de la vida. La muerte es un paso hacia la Vida. Pasó, pues, lo viejo. Llegó la alegría sin fin. Cristo es la novedad, la nueva criatura. El principio de un mundo nuevo. Es Él quien nos ofrece su luz y su vida, su fuerza y su amor.

Abrazados a Él, envuelta en su vivir, la humanidad celebra cada domingo, en la eucaristía, Pascua semanal, el triunfo de la Vida. La resurrección no es un hecho del pasado. Es un acontecimiento continuamente presente en la historia de cada hombre y de cada tiempo: la eternidad se ha mezclado con el tiempo y el tiempo ha adquirido dimensiones de eternidad.

Gracias a Jesucristo podemos ya ahora ser gente positiva y feliz. Que vive para sembrar el mundo de ánimo y valor. De limpieza y hermosura. De esperanza. Y como esperanzados inundar el mundo de la confianza que disipa las tinieblas del abandono y de la muerte. Vivir resucitados es vivir jubilosos, confiados.  Es vivir el triunfo sobre la mentira y la muerte

Rota la encerrona de la noche vital, somos testigos de la presencia resucitada, y cierta, de Cristo en la eucaristía, memoria viva de resurrección. Gustar el Pan y el Vino eucarísticos es gozarse de ser hogar que recibe el Pan de Vida,  y la Bebida de eternidad. En la mesa eucarística comamos el Pan de Cristo para que Cristo viva en nosotros. Y lleguemos a ser Pan de Vida para la vida del mundo.

Feliz Pascua de Resurrección

Daniel García García

Párroco de Albeiros

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