Recordando a D. Benjamin de Arriba y Castro

Con ocasión del 50 aniversario del fallecimiento del cardenal Benjamin de Arriba y Castro se celebra en la Parroquia de Becerreá un sencillo homenaje a su figura y a los emigrantes que como él tuvieron que dejar su tierra y labrarse un futuro lejos del lugar que los vio nacer. Marcharon en muchos casos sin nada, pero siempre con la convicción de salir adelante por muy dificiles que fueran las circuntancias que encontraran al llegar al lugar que los acogia. Su valentía, su fe y las ganas de salir adelante son dignas de recordar.

Pero «recordar» es más que «acordarse». En la biblia significa «guardar en la mente» para poderlo comunicar a alguien capaz de actuar y, en la medida de lo posible, con voluntad de emular la vida y la obra de la persona que es traída a la memoria. De hecho la palabra «recordar» viene del latín «recordari «, formado de re (de nuevo) y cordis (corazón). Quiere decir mucho más que tener a alguien presente en la memoria. Significa «volver a pasar por el corazón».

En ocasiones es necesario pasar de la mentalidad de estadistas y acércanos de verdad a las personas que siempre pueden aportarnos algo y ayudarnos a ser mejor de lo que somos. Y es que llegando al corazón de las personas es desde donde se conquista a toda la persona.

El cardenal Benjamín de Arriba y Castro, a la edad de nueve años se marchó con sus padres a vivir a Madrid, comenzando sus estudios en el colegio de los PP. Escolapios de San Antonio Abad, donde, según parece, tenían que quitarle los libros en el recreo, porque era muy estudioso.

Comenzó la carrera eclesiástica en el seminario conciliar de Madrid. Allí sintió la llamada a la vocación sacerdotal y recibió el ministerio sacerdotal en 1912. Fue nombrado obispo de Mondoñedo en 1935, y su gran preocupación durante su episcopado fue la visita pastoral a todas sus parroquias y el cuidado del seminario en todos sus aspectos. También prestó especial atención a la Acción Católica y a los obreros del Arsenal en Ferrol.

Trasladado a la diócesis de Oviedo el 8 de agosto de 1944  en ella desplegó su actividad en la acción social obrera con la Escuela sacerdotal y con la formación de la Hermandad Obrera de Acción Católica. Son recordadas sus repetidas visitas a los obreros de la Cuenca Minera. Con posterioridad, fue promovido al arzobispado de Tarragona en 1949. Nunca dejaba sin atender ninguna de las preocupaciones que le acercaba la gente, llegando a formarse largas colas en sus audiencias. Destacó por su sencillez y humildad.  El papa Pío XII lo nombro cardenal el 15 de diciembre de 1958. Tomó parte en los cónclaves de 1958 y 1963, en los que resultaron elegidos los papas Juan XXIII y Pablo VI. Participando también en el Concilio Vaticano II.

Murió en Barcelona el 13 de febrero de 1973 pero a lo largo de su vida nunca olvidó la tierra que lo vio nacer regresando siempre que sus obligaciones se lo permitían para visitar la casa familiar. Especial mención merece su contribución en la construcción de la Casa de Ejercicios de Becerreá que fue utilizada como colegio del cual guardan hoy grato recuerdo del paso por sus aulas numerosos alumnos.

José Río Ramilo

Administrador Parroquial de Becerreá