FALANDO BAIXIÑO 265 | 6 DE MAYO DE 2020

Parece que se ve la luz al final del túnel

mayo 5, 2020 · 22:58 1

«Podemos tratar de limitar el sufrimiento, luchar contra él, pero no podemos suprimirlo. Precisamente cuando los hombres, intentando evitar toda dolencia, tratan de alejarse de todo lo que podría significar aflicción, cuando quieren ahorrarse la fatiga y el dolor de la verdad, del amor y del bien, caen en una vida vacía en la que quizás ya no existe el dolor, pero en la que la oscura sensación de la falta de sentido y de la soledad es mucho mayor aún. Lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito». (Benedicto XVI)

Parece que se ve la luz al final del túnel

Es esta una expresión muy socorrida en las situaciones difíciles de la vida y que también estamos usando mucho para este tiempo, doloroso e incierto, que provocó el coronavirus. En este caso todos desconocíamos la longitud del «túnel» y eso es lo que nos provocaba una angustia casi mayor que la enfermedad en sí.

Ahora parece que se ve algo de luz, pero nuestra confianza está muy herida, por lo que, al menos yo, recibimos estas noticias sin hacernos demasiadas ilusiones por el miedo a tener que dar un paso atrás.

Por este motivo es por el que vuelvo a ponerme delante del ordenador para enviar de nuevo el Falando Baixiño a los miembros de esta familia de la parroquia virtual que, además, después de estas semanas de confinamiento, se vio bastante incrementada.

Ya nada va a ser igual

Todos somos conscientes de que ya nada va a ser igual, aunque consigamos erradicar el virus. Van a cambiar muchas cosas en las costumbres sociales de las personas y también en la forma organizativa de la Iglesia y a la hora de vivir y celebrar la fe, los sacramentos y las tradiciones.

Durante estos meses vivimos cosas nunca vistas. Muchas de ellas llegaron para quedarse y con otras a ver qué pasa. Unas para bien y otras para mal.

Respecto a una de las cosas que más nos puede afectar en nuestra vida de cristianos es el tema de los funerales. Durante estos días tuve que asistir a la inhumación de varios difuntos realizada en la más estricta intimidad familiar (3 personas) y no os podéis imaginar la tristeza tan grande que se vive en esos momentos ya dolorosos de por sí y que además ahora se ve aumentada por la soledad de no poder sentir la cercanía de los vecinos y amigos, ¡terrible! Nunca me lo pude imaginar.

Otros, por el contrario, aprovecharán estas circunstancias para despedir a los suyos ya sin misa ni nada… Antes, a lo mejor, lo hacían por convención social, pero ahora, visto lo visto, muchos se desharán de sus muertos de esta forma. Perdonadme que hable de esta forma, pero tiempo al tiempo.

El coronavirus aceleró un proceso que ya llevaba tiempo produciéndose, por eso vamos a ver muchos cambios en los próximos tiempos.

Las misas de funeral de los fallecidos durante este tiempo

A pesar de lo que acabo de decir, personalmente estoy a disposición de las familias para celebrar las misas de funeral por los fallecidos durante todo este tiempo.

Al principio pensé en hacer una celebración comunitaria por todos, pero tenemos el problema del aforo y del distanciamiento social, que va a seguir vigente durante bastantes meses.

Por eso no tengo problema en ir celebrando las misas de funeral en cuanto sea posible con la asistencia de la familia y un pequeño grupo de personas cercanas, siempre según las normas de las autoridades sanitarias. Gracias a Dios en todo este tiempo no tuvimos muchos funerales en esta zona, por lo que tampoco voy a tener problemas de agenda para poder tener funerales por todos de forma individual. Pero insisto, quedo a disposición de las familias.

Parece ser que pronto podremos celebrar misas con asistencia de fieles

En las anunciadas medidas de desconfinamiento se incluye la apertura de las iglesias para el culto. En la primera fase con la ocupación de un máximo de la tercera parte del aforo y en la segunda la mitad.

En la iglesia parroquial de A Fonsagrada el aforo de unas 150 personas sentadas, por lo que, en principio, no vamos a tener problemas para la misa diaria al menos. Para la misa dominical andamos más justos sobre todo en la primera fase.

De momento aún no llegaron las indicaciones concretas del Obispado de Lugo, aunque sí ya tenemos algunas indicaciones generales de la Conferencia Episcopal Española.

Como os decía, en nuestro caso el aforo no va a ser problema. Para mí el problema mayor es la desconfianza de la gente para salir de casa. Ya veremos cómo lo hacemos.

¿Qué hago con las «Misas del Facebook»?

Una vez que termine esta situación se me plantea qué hacer con la transmisión de la misa que estuve haciendo toda esta temporada por Facebook.

Por dignidad de la misma celebración y por incapacidad material no podría seguir emitiendo en directo las misas como hasta ahora.

Pero al mismo tiempo sé que muchas personas que participaban de la misa en mi perfil de Facebook van a dejar de hacerlo porque no tienen la posibilidad de asistir a la iglesia.

Se me ocurre que a lo mejor puedo intentar transmitir la misa de los sábados a la tarde, que es ya la del domingo. Iremos viendo.

También se me ocurrió otra idea más sobre esto que os comunico a continuación.

Encuentros virtuales de Falando Baixiño

Me da pena que se pierda la pequeña comunidad que se fue formando en torno a la transmisión de la misa por Facebook. Cada día «asisten» a esta misa un grupo de 65 personas fijas, llegando algunos días a 75 o más (hubo un día un pico de 110). Hablo de visualizaciones en directo, ya que después los vídeos que quedaban grabados seguían teniendo muchas visitas.

Como os decía antes, mantener la transmisión de la misa diaria va a ser muy difícil o casi imposible. Para ello se necesitarían unos equipos mejores y un par de voluntarios que los manejasen, además de una buena conexión a internet para poder hacerlo bien, con buena calidad de imagen y sonido.

Entonces se me ocurrió que se podrían hacer algunos encuentros virtuales usando alguna de las aplicaciones que hay para videoconferencias. En concreto hay una que estuve utilizando todo este tiempo para reuniones con los ecónomos de Galicia que funciona muy bien.

Estas plataformas permiten estar en una reunión viéndonos y escuchándonos casi como si estuviéramos sentados en una misma mesa. Además, permiten un número grande de participantes.

De esta forma podríamos vernos y hablar de cosas de la fe que nos interesen a todos en una reunión semanal o quincenal. Se podrían plantear preguntar, aportar reflexiones, comentar las lecturas del domingo, etc.

Al final, de lo que se trata es de hacer lo mismo que hacemos los martes en la parroquia un grupito de personas que nos juntamos para hablar de las cosas de Dios.

Por supuesto que estáis todos invitados, no solo los de la misa del Facebook. Lo que estéis interesados en participar me los decís por privado y ya os voy indicando el modo de proceder. Es muy fácil.

Encuentro real en Queixoiro

Sigo con cosas del mundo virtual que pueden pasar al real. Como muchos sabéis la «misa del Facebook» la celebro desde la capilla de Queixoiro, que es la aldea en donde vivo.

Pues bien, uno de estos días alguien puso en los comentarios que le gustaría venir un día a esta capilla una vez que pase todo esto. Por mi parte propuse hacer un encuentro real de todos los que estábamos encontrado a diario en el Facebook para celebrar la misa de forma presencial y después tomar una Fanta y unas patatas fritas.

La propuesta no cayó en saco roto y se apuntó mucha gente. Esta invitación también la hago ahora extensiva para los que recibís el Falando Baixiño, pero que no tenéis Facebook.

Por supuesto que el encuentro será cuando lo podamos hacer con todas las garantías y con toda la tranquilidad. Así que aún va a tardar.

Si alguien quiere colaborar con iniciativas solidarias

Durante estos días algunas personas se pusieron en contacto conmigo porque querían colaborar de algún modo para ayudar a paliar las necesidades de los que más están sufriendo las consecuencias económicas de esta pandemia.

Se me ocurren las siguientes iniciativas:

  • Cáritas interparroquial de A Fonsagrada

Número de cuenta: ES65 2080 0118 4730 0010 2340

  • Comedor Social «San Froilán» de Lugo.

Número de cuenta: ES42 2080 0152 6230 0022 4867

  • Manos Unidas: Campaña especial «Emergencia coronavirus»

Número de cuenta: ES42 0049 6791 7420 1600 0102

  • Campaña «Sempre Xuntos» de los sacerdotes de la diócesis de Lugo

Número de cuenta: ES13 2080 0101 5031 1000 1099

Mes de mayo, mes de las «Flores»

Palabras del papa Francisco para el mes de mayo:

«Mayo es el mes en el que el pueblo de Dios manifiesta con particular intensidad su amor y devoción a la Virgen María. En este mes, es tradición rezar el Rosario en casa, con la familia. Las restricciones de la pandemia nos han obligado a valorizar esta dimensión doméstica, también desde un punto de vista espiritual.

Por eso, he pensado proponerles a todos que redescubramos la belleza de rezar el Rosario en casa durante el mes de mayo. Ustedes pueden elegir, según la situación, rezarlo juntos o de manera personal, apreciando lo bueno de ambas posibilidades. Pero, en cualquier caso, hay un secreto para hacerlo: la sencillez; y es fácil encontrar, incluso en internet, buenos esquemas de oración para seguir. Contemplar juntos el rostro de Cristo con el corazón de María, nuestra Madre, nos unirá todavía más como familia espiritual y nos ayudará a superar esta prueba. Rezaré por ustedes, especialmente por los que más sufren, y ustedes, por favor, recen por mí. Les agradezco y los bendigo de corazón».

Voy terminando

Bueno, hoy os conté muchas cosas, pero ya veis que está todo en el aire. Todos tenemos muchas ganas de que esto pase, pero el futuro es todavía muy incierto.

Creo que lo único que podemos hacer es seguir abandonándonos en las manos de Dios y confiar en él, al mismo tiempo que le pedimos que nos ayude saber vivir estas situaciones del mejor modo posible.

Oración a la Virgen María ante la situación provocada por el Coronavirus

Esta oración es la que nos recomendó rezar nuestro obispo en la carta que dirigió a todos los diocesanos con motivo de la crisis sanitaria. Hoy la rezamos especialmente por todos los enfermos, por los que los cuidan en los hospitales y en las casas y por todos los que estos días tienen que trabajar para que no nos falten los servicios básicos. También por los que están angustiados por esta situación.

Madre del Cielo, tú brillas

como signo de consuelo y de firme esperanza.

En tus manos ponemos nuestra vida

confiando en tu materna protección.

Contigo y en nombre de Jesús, el Hijo de Dios,

elevamos nuestra humilde oración al Padre

y pedimos por los enfermos,

por los que están solos

y por todos los que en estos días

entregan su vida a favor de todos.

María, Salud de los enfermos,

vuelve hacia nosotros tus ojos misericordiosos,

atiende nuestras súplicas y protégenos de todo mal.

Amén.

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