Hoy se celebra la popular y tradicional fiesta del DOMUND. Pero este año de un modo extraordinario ya que el Papa Francisco ha querido convocar un “mes misionero” bajo el lema: “Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en Misión en el mundo”.

La obra Pontificia de la Propagación de la fe es una institución universal de la Iglesia para cooperar con las misiones a través de la oración, el sacrificio, la promoción de las vocaciones misioneras y la cooperación económica de los cristianos de todo el mundo. Esta Obra nació en Lyon (Francia) en 1822 por iniciativa de una entusiasta joven llamada Paulina Jaricot. Comenzó implicando a compañeros trabajadores para que ayudasen a las misiones con una pequeña limosna semanal. Un siglo después, extendida ya la Obra por el mundo, el Papa Pío XI la institucionalizó como cauce oficial para toda la Iglesia con el fin de ayudar espiritual y económicamente a la actividad misionera de la Iglesia.

Preocupado está el Papa por la acción misionera de la Iglesia. En este mes quiere retomar la conciencia de la misión “ad gentes” y promover con nuevo impulso la responsabilidad que tenemos todos de proclamar el Evangelio. El tema de la evangelización no es sólo actual porque es abundantemente tratado, sino que es tratado porque en sí mismo es de permanente actualidad. El Concilio Vaticano II afirmaba con claridad que es “deber fundamental del pueblo de Dios, puesto que toda la Iglesia es misionera”. A todo bautizado le corresponde el compromiso de llevar la fe a aquellas periferias que aún no conocen a Cristo. La exhortación Evangelii nuntiandi sostiene que “la tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia “ (EN 14).

Documentos recientes de la Iglesia nos recuerdan que esta es esencialmente misionera porque surge de la misma misión del seno de la  Trinidad. Dios es comunión y quiere que todos se salven. Para ello salió al encuentro de la humanidad encarnándose en la historia. Ellas, las personas divinas, son fundamento de nuestra llamada a la misión evangelizadora. El espíritu misionero pertenece, pues, a la naturaleza íntima de la vida cristiana ya que la evangelización es la tarea central y más urgente de la acción pastoral de la Iglesia.

En este contexto misionero también nosotros, como diocesanos lucenses, el próximo 26 de octubre, honraremos, en el 201 aniversario de su nacimiento, con una peregrinación por las tierras de Pol, a nuestro querido paisano, misionero y mártir en el actual Vietnan. Será en un encuentro con testimonios de distintos misioneros y una peregrinación desde Mosteiro a la capilla de Nuestra Señora de las Nieves en Suegos (donde se conserva la casa natal y la familia del misionero).

Desde el interior de la misma Iglesia, el Papa Francisco nos urge a trabajar para que resplandezca en nuestro tiempo la buena nueva del Evangelio con el anuncio y el testimonio de vida.

José Mario Vázquez Carballo

Vicario General de la Diócesis