Hace dos años la Unesco declaraba Patrimonio de la Humanidad a los caminos de Santiago Norte y Primitivo. Se trata de una extensión del bien cultural en serie denominado “Camino de Santiago de Compostela”, que se inscribió en la Lista del Patrimonio Mundial en 1993.
Esta declaración no hace más que constatar una realidad, pues peregrinos a Santiago los hubo desde el momento en que se encontraron los restos del Apóstol y las personas sintieron la necesidad de peregrinar hasta su sepulcro por muy diversas motivaciones.
En los últimos 40-50 años el fenómeno de las peregrinaciones adquirió una gran magnitud. No me refiero solo a Santiago, sino a otros muchos santuarios de todo el mundo: Fátima, Lourdes, Medjugorje, o los mismos santuarios diocesanos, especialmente O Corpiño, O Faro y O Cebreiro.
El verano es el momento álgido de las peregrinaciones a Santiago. Por A Fonsagrada, por contarles mi experiencia, están pasando estos días una media de 100 peregrinos. Para un pueblo como este, y para lo que estábamos acostumbrados, es mucho. Ya los años anteriores fue así. Para la zona es una riqueza, no solo por la aportación económica, sino sobre todo espiritual, pues muchos de ellos pasan por la parroquia y otro grupito suele acudir a la eucaristía y posterior bendición de los peregrinos. Por cierto, que más de una vez veo como los peregrinos se emocionan durante la bendición cuando rezamos: «Que de día los proteja tu sombra y de noche los alumbre la luz de tu mirada».
“El Camino de la Vida” es también el subtítulo de una película-documental, Footprints, que vi hace unos días. Me interesaba porque es un audiovisual sobre el Camino de Santiago y sabía que las cámaras y sus protagonistas había estado en A Fonsagrada. Lo que no sabía es que aparecía una escena de la bendición de los peregrinos en nuestra parroquia, en la que se puede ver y escuchar a D. Ramón, cura que fue de esta parroquia, recientemente fallecido, y que hizo el primer albergue de peregrinos en el Camino Primitivo. Les recomiendo que vean la película. Les ayudará, aunque nunca hayan tenido la experiencia de hacer el Camino.
“El Camino” es uno de los símbolos más completos para representar muchos aspectos de la existencia del ser humano. Jesús nos dice que él es “el camino”. Machado, que “se hace camino al andar”. Cotelo, director de la película que mencioné antes, nos habla del “camino de la vida”. Podríamos seguir poniendo ejemplos y citas, pero todos conocemos perfectamente qué significa el camino y hacer camino, unas veces cuesta arriba y otras abajo. También todos hemos experimentado muchas veces las durezas del camino y la alegría que sentimos cuando llegamos a la meta.
Para los cristianos, el camino y la peregrinación también tienen mucha importancia. En algún momento de nuestra vida escuchamos hablar de Jesús y comenzamos así nuestra peregrinación para encontrarnos con él. La nuestra es una peregrinación de altas metas, tan altas que se encuentran en el cielo, pues a donde va Cristo también queremos ir nosotros. Otra cosa son las “piedras” que encontramos en el camino, pero hasta para eso tenemos suerte, pues el mismo Cristo va haciendo el camino delante de nosotros; y al mismo tiempo, también va a nuestro lado para levantarnos cuando caemos o para ayudarnos cuando nos cansamos.
Miguel Ángel Álvarez Pérez
Cura de A Fonsagrada
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