“Me alegra pensar que me reencontraré con mis padres, mis hermanos, mis amigos, imaginar que todo volverá a ser tan hermoso como lo era en nuestro hogar” (Benedicto XVI respondiendo a la pregunta sobre la vida eterna)
El mes de los difuntos
Pasado mañana comienza el mes de los difuntos con la solemnidad de Todos los Santos. En algunas de las parroquias de la unidad pastoral ya adelantamos esta celebración al fin de semana pasado.
Quiero compartir con vosotros una reflexión que escribí hace unos días para las redes sociales y para El Progreso a propósito de la pastoral de difuntos. Os la dejo a continuación.
«Tengo que ir a un funeral»
Del tema funerario sabemos mucho los curas, pero no solo los curas. En Galicia se conserva la buena costumbre de «estar» al lado de quien ha perdido un ser querido. Por eso los funerales se celebran casi siempre con la asistencia masiva de vecinos y amigos. También se da a conocer la noticia del fallecimiento de alguien por todos los medios: esquelas murales en los lugares acostumbrados del pueblo, las que se publican en prensa o radio y, últimamente, también en las RR. SS. y por correo electrónico.
Los curas tenemos que estar siempre disponibles para cuando surge un funeral y hacerlo el día y a la hora que la familia considera mejor. No importa que haya otra cosa en la agenda. Todo queda en función de la voluntad de la familia. Por supuesto que nadie quiere una misa de funeral antes de las doce de la mañana ni después de las cinco o siete de la tarde, dependiendo de si estamos en verano o invierno. Lo mismo sucede con los aniversarios. Y el rosario o misa de velatorio tampoco nadie los quiere antes de las ocho de la tarde para que puedan venir los que trabajan hasta esa hora.
Podría contar aquí una docena de anécdotas relacionadas con la fecha y hora de funerales de entierro y aniversarios por las que no sabríamos si reírnos o llorar, a pesar de lo delicado del asunto.
Con esta descripción de las cosas que acabo de hacer puede concluirse fácilmente que el difunto es lo que menos nos importa en un funeral. Y esto ya sería el colmo de los colmos. Pero en esas estamos. Ya sé que el difunto pertenece a una familia y que en estos casos todo va unido. Pero también es cierto que todo lo que se hace es en función de la familia y de los amigos de la familia: «para que puedan venir».
Entonces, ¿qué pasa con el difunto?, ¿qué beneficios tienen para él los pésames en forma de abrazo, firma o tarjeta (ahora también por e-mail) que se le dan a la familia? Por cierto, el momento de la paz y de la comunión de la misa no es para dar el pésame a la familia, que también hay mucho de esto: personas que no van nunca a misa y ese día van y, además, comulgan, así se aseguran de que «los vieron» los de la familia.
Insisto, tengamos cuidado de no olvidarnos del difunto cuando vamos a un funeral. Una cosa es el acompañamiento a la familia, que lo tenemos claro, y otra cosa es lo que podemos y debemos hacer por una persona cuando se terminan sus días en este mundo.
Si somos cristianos y vamos a la celebración de un funeral cristiano, la primera cosa que tenemos que hacer es pedirle a Dios que sea misericordioso con el difunto por el que estamos allí y que le conceda la vida eterna. Y la segunda es la de hacer memoria del difunto ante Jesucristo. Esto se hace participando como se debe en la eucaristía, estando con actitud de oración y con un silencio respetuoso tanto en el interior de la iglesia como en la procesión hacia el cementerio y en el momento de la inhumación.
Lo del silencio respetuoso sirve también para los no cristianos y para los funerales civiles. Es que, además, sabemos cómo hacerlo. El mismo silencio y respeto que hay cuando se trata de la muerte de un joven también debiera haberlo cuando es una persona mayor.
Cuando vayamos a un funeral no vayamos solo por quedar bien con la familia, vayamos también por el difunto que necesita de nuestras oraciones. Si lo hacemos así, todo será muy distinto.
Misas del mes de noviembre
Las misas de diario de todo el mes de noviembre se aplicarán, como de costumbre, por todos los difuntos, especialmente por los fallecidos en el último año (desde noviembre de 2018) en las parroquias de la unidad pastoral que tengo encomendada y que han tenido celebraciones de exequias católicas. En total, hasta hoy, han fallecido 49 personas. Esperemos que no se vea incrementado el número.
A continuación podéis ver sus nombres y las parroquias a las que pertenecían. La fecha que acompaña a cada nombre es la del día del funeral.
A Fonsagrada
Bastida-Xestoso
Cuiñas-A Porteliña
Fonfría
Lamas de Campos
Monteseiro
Negueira de Muñiz
Ouviaño
Pacios
Padrón
Puebla de Burón
San Martín de Suarna
D.E.P.
Novedades y cambios en la pastoral de difuntos
Después de pensarlo mucho y de hablarlo con bastante gente decidí hacer un cambio grande en las celebraciones de los aniversarios de los difuntos.
Este cambio consiste en que las personas que quieran que esta celebración sea en sábado tendrá que ser necesariamente en la parroquia de Santa María de A Fonsagrada, independientemente de la parroquia a la que pertenezca el difunto.
Para eso se fijará un sábado al mes (por regla general será el segundo sábado de mes) para los que deseen la celebración en horario de mañana, y cualquier sábado de mes en la misa de la tarde (siete de la tarde en invierno y ocho en verano) para los que prefieran la celebración por la tarde.
Este cambio se hará efectivo a partir del 1 de junio de 2020, por lo que aún nos queda un tiempo para mentalizarse y para que se entere todo el mundo.
Por supuesto que también se puede hacer en las otras parroquias el domingo que toque misa y a la hora que ya está establecida. Y lo mismo en los días de semana, solo es cuestión de buscar un día y una hora que nos venga bien a todos.
El motivo de este cambio no es que haya pocos curas, que también, ya que estamos en una situación totalmente agónica en este sentido. El problema mayor es que solo hay un sábado a la semana y cada sábado solo tiene un par de “horas buenas” para este tipo de celebraciones, que son muy abundantes. Pero hay, además, otros motivos:
-No tiene sentido tener dos o tres celebraciones de este tipo cada sábado y que la mitad de la gente sea la misma en los tres sitios. No exagero. Esto ya pasó algunas veces.
-Mucho menos sentido tiene aún que haya dos aniversarios en una misma parroquia en el mismo día. Gracias a Dios y a la buena disposición de algunas familias en la parroquia de A Fonsagrada ya tuvimos algunas celebraciones conjuntas de este tipo.
-El estado de las iglesias, que por falta de uso no siempre se encuentran en la mejor disposición. Además, en la de Fonsagrada contamos con buena calefacción y megafonía, así como de otras condiciones que nos permiten tener celebraciones más dignas.
-Podría seguir enumerando algunas razones más, pero creo que no hace falta siempre y cuando lo que nos importe es celebrar la misa por nuestros difuntos, ya que eso queda garantizado suficientemente. Si lo que nos importa de los aniversarios es otra cosa, de eso ya no me siento responsable ni tampoco es mi misión.
En las próximas semanas volveré a hablar de esto y de alguna cosa más, lo mismo que en las misas de los siguientes días que es cuando más fieles acuden a las parroquias.
Terminamos la temporada de los peregrinos
Con el final del mes de octubre damos por concluida la temporada de los peregrinos en la parroquia. Esto no implica que si vienen peregrinos no los atendamos y la iglesia estará abierta casi todas las tardes, aunque menos horas, y habrá misa diaria también como de costumbre (De martes a sábado a las 7 de la tarde y los domingos a las 12)
Lo que sucede es que el Camino Primitivo se ve afectado especialmente por el invierno y el número de peregrinos se reduce al mínimo.
A continuación os dejo una pequeña estadística con el número de peregrinos que visitaron la parroquia durante los últimos 8 años. Como podréis ver, no se puede comparar en los mismos términos un año con otro, pero sí que nos sirve para hacernos una idea de cómo sigue aumentando el número cada año.
Enciende la llama. Manos Unidas
Por segundo año vamos a participar en la campaña de Manos Unidas «Enciende la llama». Lo haremos el próximo miércoles a las seis de la tarde con los niños de la catequesis y durante la misa de las siete para todos los demás.
Con el sencillo gesto de encender la luz de una vela y nuestra oración queremos iluminar un mundo que deja en la sombra a millones de personas cada día.
Nada más
Y por hoy nada más y nada menos. Si llegaste leyendo hasta aquí, supongo que terminarías con las neuronas colapsadas por tanta letra junta. Buena semana.
Miguel Ángel.
