50 años del Colegio Mercedario de Sarria | Fray José Estévez

Jubileo Mercedario

abril 29, 2018 · 0:00 0

Se ha abierto una puerta jubilar en la Iglesia conventual mercedaria de Sarria.

La Orden de la Merced está de fiesta en Sarria, en el mundo. No es fácil desplazarse a los años 1218 y sentir la inseguridad de nuestros antepasados ante las guerras de religión. El Islán había pisado fuerte en nuestra patria y el cautiverio en los baños de Argel era el centro comercial del Mediterráneo.

A los hombres de fe no hay quien los detenga ante el dolor y maltrato de sus hermanos.

Uno de ellos, sí oye el grito y la falta de libertad de los cristianos, y la amenaza de claudicar de su fe, en la oración siente la petición de Cristo: “nadie ama de verdad a sus hermanos si no da la vida por ellos”.

Se presenta un joven – de los jóvenes es el riesgo- Pedro Nolasco que se compromete con un voto de “dar la vida para rescatar a una persona que esté en riesgo de perderla la fe”. Merced significa, para aquellos mercedarios, entrega de la vida para dar vida al privado de libertad.

Son 800 años (1218-2018) de una historia de amor, que merece la pena sumarse al júbilo de la familia mercedaria en sus ramas de monjas, religiosas, terciarios, cofrades, simpatizantes, benefactores, agradecidos a su entrega caritativa y social…

Si nos preguntamos ¿qué ha sido de ese “voto de sangre” cuando la cautividad ha desaparecido?  Cambiaron los tiempos y las cautividades durante 800 años se transforman en otras inseguridades. La merced se apuntó con los primeros trabajadores que miraron al nuevo mundo; la huella de la Merced es palpable en América con sus limitaciones; (la Merced nunca ha sido numerosa en frailes). Hoy ofrecemos cercanía a los privados de libertad, a los refugiados y desplazados, a la catequesis y acompañamiento en la fe y desarrollo en países de África y Asia.

Hace 50 años, vista la necesidad de un colegio para niños, abrimos el COLEGIO DE LA MERCED. Se oyeron las peticiones del pueblo. Cierto que durante más de 100 años se ofrecieron clases de ayuda a alumnos que lo pedían, para oposiciones.

Se apoyó a los hijos de emigrantes en los años 60 y 70 no solo con los estudios sino con el internado. Celebramos que hoy se pueda seguir prestando apoyo a los padres en la formación de sus hijos e hijas. Celebremos que entre la variedad de centros de enseñanza se intensifique la colaboración

En este colegio, como en todos, se han formado los que hoy y hace años son hombres de letras, ciencias, gobernantes, educadores, labradores, misioneros, sacerdotes…

Gracias a los profesores y trabajadores del colegio.

Muchos de los presentes en los primeros años ya descansan en el Señor. Gracias a los alumnos que siguen cercanos, recordamos a los que nos han dejado tan pronto y descansan cerca de su colegio.

Fray José Estévez- mercedario

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