¡Siempre criticado!

¿Quién es un sacerdote?

octubre 1, 2017 · 0:48 0

¡Si come bien, es glotón! Si no come, ¡es tacaño!

Si se viste bien y va bien parecido, ¡es presuntuoso o llamativo! Si no se viste con buenos zapatos y buena ropa, ¡es un miserable!

Si viaja en un coche bueno y seguro – es extravagante, si va en autobús o en un coche pequeño, de nuevo será ¡un miserable ahorrando dinero para él!

Si comparte una copa de vino o cerveza para unirse a los demás, ¡es un borracho! Si no bebe con ellos, ¡es un  insociable y antipático!

Si da una homilía larga, ¡es criticado por perder el tiempo! Si da un sermón breve ¡ni sabe ni está preparado!

Si emplea mucho tiempo para celebrar la misa ¡es aburrido! Si su misa es corta, ¡oh!, tiene prisa para ir a otro lugar y carece de dedicación.

Si habla mucho con alguna mujer, ¡es calumniado de mujeriego o inmoral! Si no habla con mujeres, ¡es psicológicamente anormal!

Si visita a la gente y acude a sus casas, ¡es mundano! Si permanece sólo en su presbiterio entonces ¡no tiene sentido pastoral!

Si es un lector o escritor ¡no está haciendo su deber! Si no dedica tiempo a leer o escribir ¡es un tonto ignorante!

Si duerme un poco más ¡es perezoso! Si no duerme sino que va a trabajar, ¡es un desalmado adicto al trabajo!

Si tiene carismas especiales, está mentalmente enfermo; si no tiene carismas, es un inútil y nadie lo quiere.

Si predica alto y claro, parte los oídos y las paredes – ¡si no habla alto, es tímido, torpe e  introvertido!

Si se va de vacaciones, es suntuoso y extravagante, si no lo hace, ¡está ahorrando para su cuenta bancaria!

¡Si expresa un poco de amor a los niños, es un pedófilo! ¡Si se aleja de ellos no es paternal!

¡Si sonríe y ríe, no tiene autocontrol o es demasiado mundano! ¡Si es serio, es neurótico o antipático!

Si practica deportes o juegos no es pastoral – si no hace ningún deporte, descuida su salud y ¡es un mal ejemplo para la juventud!

¡Si recoge dinero de los ricos para ayudar a los pobres, es corrupto y codicia el dinero! ¡Si no lo hace, no tiene amor por los pobres!

Si es activo con los jóvenes para mantenerlos en la iglesia, es indecente, inmaduro u homosexual; si se aleja de ellos, ¡no hace nada para llevar a la juventud a la fe!

Si va al médico regularmente, está demasiado preocupado por su cuerpo y carece de fe; y si no va, es negligente con su salud y con su cuerpo.

Si llega un poco tarde a los servicios litúrgicos es impuntual, irrespetuoso y caótico – si es muy puntual, entonces ¡es demasiado estricto e inhumano!

Si no es condescendiente y fiel a las escrituras, es anticuado y no moderno; si se compromete con los valores mundanos anda perdido y es inútil.

Si alguna mujer bondadosa le muestra amabilidad y cuidados en su enfermedad y vejez, ¡se le acusa de romper su celibato! Si no permite que nadie cuide de él, ¡se está matando!

Si participa en actividades públicas, es un mero trabajador social o un político; si no hace nada por la gente, es negligente, indiferente y despreocupado por los demás.

Si aconseja, corrige o advierte, está interfiriendo en los asuntos personales de la gente; si no lo hace, ¡es descuidado con los demás o indiferente a su sufrimiento!

Si tiene un temperamento fuerte o estricto, es agresivo y hostil; si está tranquilo y callado ¡carece de dinamismo y entusiasmo!

Ora e intercede por todos los demás, pero por él ¡sólo lo mínimo!

Ama, sirve y ayuda a todos, pero ¡sólo le dan a cambio lo mínimo!

Debe saludar a todos con una sonrisa, ¡pero a nadie le importa cómo le va!

Ha dejado su hogar y a su gente querida por el pueblo de Dios, ¡pero se ha convertido en un chivo expiatorio y en un hazmerreír para el público en general!

¡Debe estar listo para acudir inmediatamente 24/7 estando a la entera disposición!, pero ¡será condenado y acusado si  pide un favor!

Mientras esté vivo, será acusado, calumniado, perseguido, maltratado e incluso condenado a muerte. Pero después de su funeral las mismas personas ¡irán a su tumba todavía pidiendo favores!

Si reza más – ¡está loco o es un lunático! Si no reza, es demasiado mundano y no es un hombre de oración.

¿Qué debe hacer?

Tiene que ponerse al pie de la cruz, mirar el rostro de Cristo y decir:

«¡Señor, gracias por hacer de mí un ‘otro tú’! Me inclino ante ti y me entrego completamente a ti para que pueda ser como tú y estar seguro de que un día te veré cara a cara por toda la eternidad. Soy tu siervo, ¡Amén! «

P. James Manjackal MSFS. 

http://www.jmanjackal.net/esp/esppriest.htm

 

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