¿Qué son los "GOAs"? Por Marisol Bravos

«Ven y verás»

noviembre 28, 2017 · 22:49 0

En el día a día queremos controlarlo todo y fácilmente olvidamos que los tiempos de Dios no siempre coinciden con los nuestros. Su respuesta a los interrogantes puede estar en los acontecimientos, personas, cosas… Se trata de estar atentos. Además la mejor manera de encontrar resultados es no buscarlos, no proyectarse en el futuro sino vivir el aquí y ahora. Esto nos sirve también para los momentos de oración.

Si queremos una definición clara de la oración, podemos decir que es simplemente hablar con Dios. Una relación entre amigos en la confianza de saber que se me escucha. Así de sencillo y así de complicado. En todo diálogo hay alternancia: toca hablar, pero también toca escuchar y para escuchar es necesario silenciar otros ruidos. Sin embargo, no resulta fácil orar. Cuesta empezar… No sabemos qué hacer en ese tiempo y, por otra parte, el silencio no nos dice nada.

Para algunas personas nos resulta familiar hablar de los GOA (Grupos de Oración y Amistad), quizá los grandes desconocidos de nuestra iglesia. Haciendo una breve reseña de su historia en España podemos decir que nacieron en Gerona, en el año 1969, fundados por el obispo de Segorbe-Castellón, Monseñor José María Cases, fallecido en el año 2002. Sus Estatutos fueron aprobados por la Conferencia Episcopal Española el 26 de febrero de 1987. Un pequeño resumen está recogido en el famoso “librito rojo” que se entrega a cada miembro. Están presentes también en Chile, México y Bolivia. En Lugo y Sarria hay diez grupos que se reúnen en San Antonio, La Milagrosa, San Pedro, Casa Diocesana, Local de la calle de la Cruz, algún domicilio y la iglesia del Rosario.

Se definen como un movimiento de laicos y su objetivo fundamental es crecer en el espíritu de oración y hacer apostolado de ella en el ambiente que nos rodea. Considerando que la oración es una de las características fundamentales de la vida cristiana, el grupo se compromete a realizar oración diaria y celebrar una reunión mensual.

Los grupos son abiertos. No importa edad, sexo, cultura… “De modo que no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal 3, 28). Para que las reuniones puedan ser más participativas se procura que los miembros del grupo no sean menos de seis ni más de doce. Entre ellos se elige un secretario que se encargará de la parte burocrática: avisar de la reunión, guardar la colecta, actualizar listados, llevar altas y bajas…

Cada grupo tiene a la Virgen como patrona especial bajo la advocación que elija. “Todos ellos, perseveraban en la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús y de sus hermanos” (Hch 1, 14). Es importante, siempre que sea posible, la presencia de un sacerdote o seminarista; de no ser así, algún laico con cierta preparación. El grupo debe tener un enfermo, un misionero, un contemplativo, un sacerdote, religiosos y seglares. Esta variedad permite conocer más de cerca las realidades de la enfermedad, misiones, conventos de clausura… Por la misionera de algún grupo se conoció más de cerca la situación en Venezuela. Por otra parte, se hacen reuniones en casa del enfermo o en el convento para que puedan estar más presentes.

La reunión suele durar una hora y media: una hora de oración y el resto para compartir un pequeño ágape y fomentar así la unión y la amistad. Se termina con un canto de despedida a la Virgen y una colecta. Lo recaudado se destina a colaborar en un proyecto de la Diócesis y ayudar a mantener el equipo central que trimestralmente, antes mensualmente, envía una carta informativa a cada uno. Cada año se hacen las reuniones bajo un lema común que se acuerda en la Asamblea General de los GOA.

La oración también tiene su método, así en la reunión se siguen unas pautas. No es repetir frases aprendidas de memoria, muchas veces sin pensar en lo que estamos diciendo. “Ahora bien, cuando oréis, no charléis mucho como los paganos, que piensan que por su palabrería van a ser escuchados” (Mt 6, 7). Todo tiempo es bueno para orar. Debe convertirse en algo natural como la respiración: “Orar sin cesar” (1Tes 5, 17). No podemos cambiar la vida, pero seguro que mejorará. Si empezamos con pequeños actos de humildad, quizá lleguemos a ser más humildes. Recurriendo a un ejemplo muy manido, por mucho que se trate de explicar el sabor del chocolate, nadie comprenderá hasta que lo pruebe; en el caso de la oración, hasta que lo experimente.

Otro aspecto a destacar en los GOA es su Escuela de Oración: un material coleccionable con orientaciones que ayudan. Como decía, hacer oración no es fácil. Se necesita constancia, por eso es gratificante saberse en un grupo que te hace presente y poder corresponder de la misma manera. Para ello tenemos nuestra Oración particular:

ORACIÓN DE LOS GOA

Gracias, Señor,

por nuestros Grupos.

Perdón, Señor,

por nuestros pecados

que han frenado la extensión

y la profundidad de nuestros Grupos.

Te pedimos ver cada día más claro,

la absoluta necesidad que nuestro mundo

y nosotros

tenemos de la oración.

Haznos más amigos.

Y entusiastas apóstoles de la oración.

Bendice a los miembros

de nuestros Grupos:

Enfermos, misioneros,

contemplativos, sacerdotes,

religiosos y seglares.

Acoge a nuestros difuntos.

Actúa, Padre,

por tu Espíritu,

en nuestras obras.

Concédenos sentir

la presencia de María,

Madre y Maestra de oración.

Por Jesucristo,

que tanto nos ama

y a quién tanto amamos. Amén.

Pienso que es una realidad de nuestra Diócesis que está desaprovechada y que se adapta a cualquier circunstancia personal. Ahora que se acerca un nuevo año, sirva este pequeño comentario como llamada a nuevas incorporaciones a los grupos. Como dice el lema “Ven y verás”.

Marisol Bravos

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