Mario Vázquez Carballo | El Progreso, 22 de octubre de 2017

¡Valientes!

octubre 22, 2017 · 8:12 0

Escribía A. Einstein que “La vida es muy peligrosa. No tanto por los que hacen mal, sino por los que se sientan a ver lo que pasa”. Pueden estar seguros de que no es éste el caso de los misioneros. Sus testimonios, tantos y tan valientes, están tan preñados de situaciones límite que, con frecuencia, ponen en riesgo sus propias vidas. La reciente liberación del sacerdote salesiano indio Padre Tom Uzhunnalil, el pasado mes de septiembre, después de año y medio de cautiverio en Yemen, es uno de tantos ejemplos que confirman y justifica el lema de este año: “Sé valiente, la misión te espera”.

Hoy, la Iglesia celebra, en un ambiente de fiesta, la Jornada Mundial de las Misiones (el día del DOMUND). Esta jornada mundial, en España, la organiza la dirección de las Obras Misionales Pontificias. Y tuvo su fantástico escenario de inauguración de campaña, este año, en la Catedral de Santiago. Allí, la popular cantante gallega de pop-rock, natural de Boimorto, pronunció un bello y comprometido pregón del Domund. Fui testigo directo de su profundo y confesante verbo el pasado 11 de octubre a las 20:30 horas. Así definió ella a los misioneros: “Son esos seres elegidos para soportar las dificultades. Bravos y obedientes hijos dotados de paciencia y fortaleza. Benevolentes con las debilidades. Ejemplos de resistencia moral. Muestran diariamente cómo la compasión activa está en las entrañas de su misión y va más allá de la solidaridad.

Sin patrias ni banderas, abandonan el proyecto de vida propia, orientada hacia su propio interés, por una comunión fraterna. –La libertad no es mayor cuando se puede hacer lo que a uno se le antoja, sino cuando se elige lo bueno, lo bello y lo verdadero, aun cuando esa decisión comporte el sacrificio de uno mismo por un bien mayor-.

Héroes anónimos, que en sus viajes al infierno acaban por alcanzar el cielo al juntar con ternura sus manos a otras manos. Estos cerca de 13.000 misioneros españoles están dispuestos y se empeñan en cruzar medio planeta para poner en práctica y materializar su idealismo, saliendo de la comodidad de nuestro mundo cotidiano, para escuchar el latido del dolor de los perseguidos, de los pordioseros y marginados, llegando incluso a arriesgar la propia vida…”.

Ciertamente, los misioneros no son unos valientes aventureros. No conducen motos a 300 kilómetros por hora ni escalan las cimas más altas. Son personas vocacionadas que sintieron la llamada de Dios y le han dicho que sí. Son enviados por Cristo a través de su Iglesia para anunciar a todos, sin excepción ni distinción de ningún tipo, el conocimiento de la Verdad, el Camino de la Luz y la Buena Noticia de la salvación. Ellos llevan el amor de Dios a los más necesitados. Lo dice bien el Papa Francisco, con motivo de esta Jornada, al recordarnos que “la misión de la Iglesia no es la prolongación de una ideología religiosa, ni tampoco la propuesta de una ética sublime”. Es, sobre todo, el anuncio explícito y gozoso de Cristo muerto y resucitado. De Cristo, de su presencia en la historia, ayer, hoy y siempre, brota esta imparable fuerza que ya tiene más de 2000 años de historia. Y es así, porque lo bello, lo bueno, lo santo, se contagia cuando alguien se acerca al mensaje de Cristo dispuesto a dejarse tocar y embriagar.

Y es que no hay nada que tenga más fuerza que el amor. El que ama construye grandes obras y recorre grandes distancias. Pasito a pasito, porque también el camino más largo se inicia con un primer paso. Por eso, en este día, se nos pide apoyar la causa misionera con la conciencia honda de que la misión nos espera a todos.

Mario Vázquez Carballo

Vicario General diócesis de Lugo

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