El correo de los lectores

Aprende a mirar en la noche 

julio 27, 2017 · 23:15 0

No le pidas a la vida lo que no te puede dar… En la vida necesariamente hay soledad, llanto, incomprensión… ¡En un año, todos los días no pueden ser primavera!.

Hoy, en tu camino, encontrarás la vida tal cual es: trabajo y descanso, comprensión y alegría, pero también soledad y dolor. ¡No importa!.

Toma con decisión todo el nuevo el material que te ofrezca esta nueva jornada y encárgate tú de darle sentido… sácale partido a todo; nada te puede doblegar o vencer si eres capaz de asumir, dar perspectiva, encontrar la adecuada ubicación.

Si lo consigues, lograrás ser feliz, no es fácil, pero hay que intentarlo. Porque la felicidad es lo que resulta de un buen manejo de la vida. La persona madura es aquella que ha sabido reconciliarse con su pasado.

Y ahora se me ocurre una pregunta: ¿Qué experiencia tienes de noche oscura?. Para mí, la noche oscura es una experiencia de sufrimiento, que desafía a la existencia humana: la persecución o la calumnia, el cáncer, la opción por los valores que no se llevan, los caminos desde caos interior a la fe, la situación de los que no tienen techo ni papeles, la oscuridad de la vida cotidiana etc. La pasan, con diferentes matices, todas las personas.

Otra pregunta: ¿qué hacer en la noche? Ante una situación dolorosa puedes tener dos actitudes: rebeldía amarga o confiada aceptación. Jesus, que vivió su noche y la noche de todos sus hermanas y hermanos de todos los tiempos, a la espera del día de Dios, gritó al Padre: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado.», y se abandonó a su voluntad: «Padre en tus manos pongo mi espíritu » (Mt 27,46).

Cuando llega la noche oscura alcanza todo tu ser; se oscurece tu capacidad de comprender lo que estás viendo, te sientes torpe para amar, no recuerdas los momentos de luz; tu vida parece un callejón sin salida.

Y la experiencia más dolorosa es pensar que Dios te ha abandonado, que se ha ido de tu vida su luz y su calor. ¿Qué respuesta dar a tantos interrogantes como se le presentan a uno?. Yo creo que, lo que en realidad sucede es que Dios interviene tu vida para hacer de ti una mujer o un hombre nuevo, renacida/o y conducida/o por el Espíritu, con más capacidad de esperanza, con una libertad que ninguna fuerza terrena puede arrebatar, con una serenidad ante el dolor y la muerte a la espera de una promesa eterna, con una entrega confiada al Señor de nuestras preguntas. Las necesidades fundamentales del ser humano, amar y ser amado, brotan con nueva frescura.

¿Qué hacer en la noche? Ábrete confiado a lo que el Señor hace en ti. «Hasta de noche me instruye internamente» (Sal 15). «Esta noche oscura es una influencia de Dios en el alma… en la que de secreto enseña Dios al alma y la instruye en perfección de amor, sin ella hacer nada ni entender cómo» (San Juan De la Cruz).

Espera pacientemente a que luzca el sol. La última palabra es siempre la vida. «La noche no interrumpe tu historia con el hombre; la noche es tiempo de salvación…La noche fue testigo de Cristo en el sepulcro; la noche vio la gloria de su resurrección «. (Himno vísperas martes II).

Aguarda en silencio y fortaleza la salvación. «Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de vuestros sudores, ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!» (Sal 126,2).

Invoca al Señor desde tu aflicción: «Se de quién me he fiado» (2 Tim 1,12). «Quédate, Señor, con nosotros, porque se hace de noche». (La, 24:29).

Persevera en la súplica y la confianza. «Aguardo anhelante al Señor, espero en su palabra; mi ser aguarda al Señor más que el centinela a la aurora » (Sal 130, 5-6). «Los que de esta manera se vieren, conviéneles que se consuelen perseverando en paciencia, no teniendo pena; confíen en Dios, que no deja a los que con sencillo y recto corazón le buscan, ni les dejará de dar lo necesario para el camino, hasta llevarlos a la clara y pura luz de amor» (San Juan de la Cruz).

Y para terminar nos ponemos en las manos del Señor:

Padre me pongo en tus manos.

Sea lo que sea te doy las gracias.

Lo acepto todo con tal de que tu voluntad

se cumpla en mí y en todas tus criaturas. Amén

JVL

Foto: cathopic.com

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